Por qué se desaconseja el consumo de bebidas energizantes en menores de edad

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Ivana ALFARO
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El sabor dulce de las bebidas energizantes, de moda entre las nuevas generaciones, es un gran atractivo para chicos y adolescentes. Sin embargo, su consumo frecuente puede ser dañino para la salud debido al alto contenido de cafeína y azúcar, sustancias con las que son elaborados estos productos.

Al no contener alcohol, son de venta libre y eso lleva a que muchos menores de edad las consuman en exceso. Pero ¿cuál es el impacto de estas bebidas en la salud de nuestros hijos? Las bebidas energéticas, como bien indica su nombre, aportan energía, pero también ocultan algunas desventajas para el organismo.

Estas bebidas cool poseen elevadas cantidades concentradas de cafeína y azúcar, por lo que se las considera estimulantes. Entre otras cosas pueden:

Dañar los dientes y muelas.
Perturbar el ritmo cardíaco, aumentando su frecuencia y/o la presión arterial.
Generar adicción y síntomas de abstinencia.
Provocar ansiedad e insomnio.
Aumentar el peso.
Según la Academia estadounidense de Pediatría, los adolescentes que consuman bebidas con cafeína no deberían superar los 100 miligramos al día (el proporcional a una taza de café), ya que una lata de bebida energética contiene hasta 500 miligramos, lo que impacta negativamente en la salud de los menores: es el equivalente a beber unas 14 latas de gaseosas seguidas.

¿Pueden los menores intoxicarse con las bebidas energizantes?
La intoxicación por cafeína existe y puede darse cuando se consumen más de 400 miligramos al día. Si un adolescente toma más de 100 mg/día, o un niño menor de 12 años supera los 2,5 mg/kg, puede intoxicarse. Además, señalan los especialistas, el corazón se acelera y la presión arterial aumenta.

Entre los efectos secundarios de este tipo de bebidas están los posibles problemas de los sistemas digestivo, nervioso y cardiovascular. En tanto, los más comunes por sobredosis de cafeína son: mareos, sed, insomnio, diarrea, fiebre, dificultad para respirar, dolor en el pecho, aumento de la frecuencia cardíaca, alucinaciones o movimientos musculares incontrolables.

Diferencias entre las bebidas energizantes y las deportivas
Mientras que las primeras son estimulantes (contienen taurina, cafeína o cualquier otro estimulante), las bebidas deportivas son elaboradas con hidratos de carbono, electrolitos, minerales y agua en mayor medida, con la intención de recuperar los líquidos y sustancias perdidas por la sudoración durante la práctica de cualquier deporte.

El doctor Heribert Brück, de una asociación de cardiólogos alemana, explicó por qué estos productos pueden ser peligrosos.

El especialista sostiene que las bebidas energizantes pueden provocar taquicardia. “Aumentan el nivel de adrenalina y, en consecuencia, pueden incrementar el ritmo cardíaco o producir alteraciones de la presión, es decir, que pueden ser particularmente contraproducentes si se ingieren al hacer actividades que, de por sí, hacen aumentar la frecuencia cardíaca, como puede ser el deporte o el baile. Además, ya sin hacer esas actividades, las bebidas aumentan la presión y producen una sensación de intranquilidad interna”, aseveró.

Además, argumentó que “los menores suelen ser muy sensibles a la cafeína, y por lo general, no están acostumbrados a ese tipo de productos, con lo cual podrían llegar a tener reacciones más fuertes. No se recomienda que las personas que tengan presión alta o alguna anomalía cardíaca consuman estas bebidas, precisamente porque le exigen más al corazón”.

En cuanto a la combinación de las bebidas con alcohol, opinó: “Puede suceder que el efecto del alcohol quede ‘empañado’ o demorado un tiempo a raíz del componente energético del trago y que eso, a su vez, lleve a la persona a consumir más alcohol del que toleraría normalmente sin notarlo”.

Por su parte, y respecto a lo anterior, especialistas del Hospital Italiano de Buenos Aires argumentaron: “Nunca deberían mezclarse ya que, combinados, producen una especie de borrachera atenuada, lo que no implica que la toxicidad del alcohol desaparezca, lo cual favorece un mayor consumo. De ahí que su combinación pueda ser tan peligrosa, se rebajan las bebidas pero con otra sustancia que tiene riesgo de toxicidad”.

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