Por qué es mentira que el peso sea un indicador de salud

Desde hace algunos años, y más en las sociedades actuales, las personas estamos expuestas a miles de imágenes al día a través de la publicidad, la televisión o las redes sociales. Los cuerpos y la apariencia de estos (peso, altura, tamaño o forma corporal) son un tema que nos afecta e influye a muchas personas.

A lo largo de nuestra vida, vamos interiorizando mensajes que nos ayudan a situarnos en el mundo, en nuestro día a día. Uno de ellos es el de que el peso determina la salud de una persona. La salud es un concepto complejo, que evoluciona a través del tiempo gracias a la investigación y a los cambios que se producen en las formas de vida de todas las personas; y que está determinada por muchos factores individuales, sociales y relacionales. El peso no es un indicador de salud ni es un indicador de hábitos. No podemos saber nada sobre la salud de una persona con tan solo conocer su peso o ver el tamaño de su cuerpo.

Aún hoy en día, desde diferentes ámbitos, se sigue utilizando el Índice de Masa Corporal (IMC), una medida cuyo origen se sitúa en el siglo XIX. Este índice fue introducido por Adolph Quetelet, un matemático cuyo objetivo era estudiar poblaciones de manera estadística y nunca se pensó como una medida cuantitativa de salud de las personas ni de grasa corporal. Diversas investigaciones han puesto de manifiesto las limitaciones que conlleva el IMC. Entre ellas, vemos que esta medida no diferencia entre el peso de diferentes estructuras corporales como los órganos, los músculos, los fluidos o la grasa.

Por ejemplo, el IMC de una persona musculosa, que se dedique a la halterofilia puede ser superior a lo que, desde los rangos de IMC se considera 'normopeso'. El IMC no puede decir nada sobre la salud de una persona: cómo come, qué actividades realiza, cuánto estrés o qué historial familiar o médico tiene. No podemos conocer el estado de salud de alguien con solo mirarle. Cada persona tiene necesidades diferentes y la diversidad corporal existe.

Fuente: abc.es