Del estigma a la esperanza: las historias de los primeros argentinos voluntarios de la vacuna del VIH

SALUD Carola LEVI
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En junio de 1981, se realizó la primera descripción clínica de casos de lo que se denominaría luego Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. A lo largo de estas cuatro décadas, se calcula que cerca de 40 millones de personas murieron de sida en todo el mundo. Además, conviven con el VIH unos 38 millones, todavía se infecta cerca de un millón anualmente y fallecen unos 700.000 pacientes por año.

Estas cifras devastadoras ponen el ojo en la ciencia para intentar frenar la epidemia. A diferencia de otras vacunas que se probaron en el pasado sin grandes éxitos, la esperanza depositada en el “Estudio Mosaico”, impulsado por la Red de Estudios para Vacunas del VIH de los Institutos Nacionales de EE.UU. y la compañía farmacéutica Jansen, se basa en características vinculadas a su potencial eficacia global y los resultados obtenidos en fases previas de investigación. “Es el primer compuesto de este tipo que se prueba destinado a generar inmunidad contra varios subtipos del VIH por lo que su alcance sería global”.

Es la primera vez que se hace un ensayo clínico en nuestro país para una vacuna preventiva del VIH. En la Argentina, participan cuatro centros de investigación: Fundación Huésped, Helios Salud, el Hospital Ramos Mejía, en Buenos Aires, y CAICI, en Rosario. “Para la Argentina, es muy importante: muestra la calidad de nuestros centros de investigación clínica. Estos son ensayos pionero con un nivel de desarrollo muy elevado”, sostiene Marcelo Losso, investigador principal del Área de Investigación de Enfermedades Emergentes del Hospital Ramos Mejía.

Humberto y su pareja Matías se enteraron de esta convocatoria en una charla entre amigos. Nicolás, en cambio, por las redes sociales. Están muy entusiasmados con ser “puente” para que una vacuna pueda ayudar a prevenir el VIH. El estudio sigue sumando personas para probar su eficacia (los interesados pueden consultar o pedir una entrevista al 112508-1478). El reclutamiento es para hombres que tienen sexo con hombres o personas transgénero de 18 a 60 años con alto riesgo de contraer el VIH. A los voluntarios, se les aplican cuatro dosis durante un año y se dividen aleatoriamente en dos grupos: unos reciben la vacuna y otros, el placebo.

“Después de la convocatoria por redes, tuvimos unas entrevistas y en mi caso soy voluntario del Hospital Ramos Mejía. Personalmente, me generó mucha esperanza que haya una vacuna preventiva en fase 3 y me llamó mucho la atención esto de saber del tema y poder plantearlo en las mesas cotidianas porque me parece que el HIV tiene un estigma muy grande cargado y me parece importante que se avance en ese sentido”, sostiene Nicolás Ávila, uno de los voluntarios. “Lo hacemos también para honrar a las personas que perdimos”. agrega Humberto Costa, también voluntario.

Se estima que en la Argentina, 139 mil personas viven con VIH. De acuerdo con el último boletín sobre VIH, SIDA e ITS, se notifican 5800 nuevos casos cada año, un número que se mantiene relativamente constante. El 98% se infectó por mantener relaciones sexuales sin protección.

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