Cinco consejos para sobrevivir al segundo año de pandemia

SALUD Camila Martinez
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Presencial o virtual. Armo mochila o transformo comedor en aula. Van de mañana o van de tarde. Esta semana sí, esta otra no. La pandemia nos expone a un subibaja emocional porque nos lleva de la mano de la incertidumbre y la amenaza. Dos condimentos que juntos dan como resultado adversidad. ¿Quién lo duda a esta altura? Estamos atravesando una adversidad que nos deja perplejos. Sería errado esperar soluciones mágicas o vivencias de plenitud en tiempos difíciles, pero sí podemos llevar nuestra barca-hogar al buen puerto de la armonía. La clave es que dentro de casa nosotros, adultos, tenemos el desafío de conservar un clima de armonía, sencillamente porque queremos seguir construyendo infancia y adolescencia.

Los cinco consejos clave
Respetar ritmos que incluyan la ya famosa ROSA: Responsabilidad-Ocio-Sociabilidad-Actividad Física. Que el día no se transforme en un tiempo chicloso donde la tarde nos sorprende aún en camisón y bata.

Asegurate un espacio y tiempo propios donde cuentes con una hora para cargar pilas. Ese paréntesis es irreemplazable y es la única forma de salir de la trinchera, de ese frente de batalla cotidiano donde sabemos que la demanda es incesante, no para un minuto. Conozco muchas madres desesperadas que empezaron a salir a caminar solas una hora y les cambió totalmente su visión de encierro.

Un decreto familiar que nos aporta salud mental a todos. La salida diaria es ley. A la plaza, a un parque o a dar vueltas manzana. Tiene un efecto mágico, porque salimos de casa donde ya a cierta hora del día empezamos a “rebotar entre las cuatro paredes” envueltos en malos humores y berrinches. Salir es literalmente airearnos.

Cuando la frustración y el enojo se apoderen de nosotros, que duren lo menos posible porque la queja y la rabia nos restan energías necesarias para encontrar vías de salida y soluciones. Nuestros hijos son espejo de nuestros estados anímicos y copiarán nuestro modelo. Si estamos con el ceño fruncido todo el día, con reclamos, peleas y gritos, ellos van a reproducir nuestros gestos y actitudes. Si el espacio está contaminado, el hogar se torna tóxico. Recordemos esta frase tan clara: “No podrás evitar que los pájaros de la angustia revoloteen por tu cabeza, pero sí podrás evitar que hagan nido en ella”.

La pandemia es novedad y sorpresa constante. Nos obliga como sociedad a enfrentar cambios en nuestra vida cotidiana, impensados más de un año atrás. No somos responsables del virus y su peligrosidad. Hay muchas variables que nos resultan incontrolables, pero dentro de casa somos nosotros, los adultos, los responsables del clima más o menos armónico que se respira.

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