Por qué debes tomar estos nutrientes a partir de los 50 años

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Carola LEVI
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Cuando se habla de nutrientes esenciales, se refiere a elementos sin los que el cuerpo no puede funcionar: vitaminas, minerales proteínas, grasas, y carbohidratos. Aportar a través de la alimentación estos nutrientes al cuerpo es, literalmente, la base para que todo funcione correctamente, pues nuestro cuerpo no es capaz de sintetizarlos de manera natural.

Estos nutrientes se pueden dividir en dos grupos: los macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos) y los micronutrientes (vitaminas y minerales). Aunque hay autores que no lo consideran, el doctor Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, añade el agua: no es un nutriente esencial, pero si indispensable. Argumenta el doctor que, aunque no aporte calorías, no somos capaces de fabricarlo por nosotros mismos, y, claro, es esencial.

Ángel Soriano, nutricionista, explica que el déficit de cualquiera de estos nutrientes el cuerpo no funciona bien, pero le da mucha importancia especialmente a las vitaminas y minerales. Explica que cuando hay un déficit de estos, nuestro organismo no solo no funciona correctamente, sino que incluso se pueden producir patologías. Además, ambos profesionales afirman que, aunque siempre es importantísimo tener buenos niveles de estos nutrientes, a partir de que se cumplen 50 años se deben reforzar algunos, en vista de poder frenar el envejecimiento.

 Refuerzo a partir de los 50
El calcio y el hierro son muy importantes, por las funciones que cumplen en el fortalecimiento de la estructura ósea. Además, indican la importancia de vitaminas como la B12, la C y la D.

Hay otras etapas de la vida en las que hay que reforzar unos nutrientes y otros. Por ejemplo, si hablamos de las mujeres que menstrúan, los alimentos ricos en calcio, magnesio y potasio ayudan a sentir más energía y tener mejor ciclo menstrual. Si hablamos de personas que realizan deporte de manera activa, deben poner más atención sobre su consumo de grasas y proteínas.

El principal problema que tenemos es que muchas veces, sin darnos cuenta, llevamos una dieta que no es rica en estos nutrientes. «Tomamos muchos malos procesados y ultraprocesados, que no nos aportan los nutrientes de los que hablamos», explica Ángel Soriano. Anima a cambiar algunos pequeños hábitos que pueden ser clave para mejorar nuestro aporte de nutrientes. Por ejemplo, en el desayuno, en la media mañana o en la merienda, si en vez de tomar una fruta, tomamos una pieza de bollería industrial, tomamos un producto que no nos aporta nada, y además dejamos de tomar el otro con todo lo que el cuerpo necesita.

Fuente: abc.es

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