Qué es la acromegalia, la enfermedad cuyo diagnóstico puede demorar hasta cinco años

SALUD Ivana ALFARO
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Algunos de sus signos y síntomas, como el agrandamiento de manos, pies y mandíbula, y cambios en la voz, son lentos y progresivos, por lo que a veces transcurren años hasta que los pacientes perciben cambios significativos. Se calcula que a los pacientes les toma cerca de 5 años dar con el diagnóstico.

Otros signos menos evidentes son disfunción sexual, trastornos de fertilidad, dolor articular, insuficiencia cardíaca y diabetes tipo 1. Por eso, los especialistas llaman a escuchar al paciente, analizar con una mirada integral todo lo que esté pasándole y “pensar en acromegalia”.

“Otros síntomas asociados a esta enfermedad, aunque compartidos con otras condiciones de salud, son dolores de cabeza y cansancio o fatiga crónicos, por lo que estos tampoco le hacen pensar a la persona que debe realizar una consulta médica. Por lo general, se dejan estar y pasan años hasta que lo hacen”, reconoció Susana Mallea Gil (M.N. 66.264), médica endocrinóloga, consultora de la División de Endocrinología del Hospital Militar Central.

Alrededor del 40% de los pacientes son diagnosticados por médicos clínicos, profesionales de la salud que con mayor frecuencia sospechan la acromegalia.

¿Qué es la acromegalia?
Esta enfermedad se origina por el desarrollo de un tumor benigno en la base del cerebro, en la hipófisis, que genera una sobreproducción de hormona de crecimiento por eso se agrandan determinadas partes del cuerpo. Ese mismo efecto se da a nivel interno en órganos y sistemas, por lo que esta enfermedad también puede producir alteraciones visuales, apnea del sueño, insuficiencia cardíaca, diabetes, hipertensión, dolor en las articulaciones, pólipos en el colon, sudoración excesiva, disfunción sexual en hombres, irregularidades menstruales y los mencionados trastornos de fertilidad.

“Esta realidad propicia a que invitemos tanto a médicos clínicos como a cardiólogos, reumatólogos, gastroenterólogos, oftalmólogos, especialistas en salud reproductiva e inclusive a los odontólogos, a que estén atentos a todos estos signos. El objetivo es que, en la consulta médica, conversando con el paciente, puedan asociar los síntomas con otras manifestaciones de la acromegalia y sospecharla, y así derivar al paciente con un endocrinólogo, que es el especialista de cabecera para abordar esta enfermedad. De esa manera, el paciente puede ganar mucho tiempo valioso, controlar su enfermedad, en algunos casos curarse, y frenar la progresión del daño”, remarcó la Débora Katz (M.N. 76.341). endocrinóloga, jefa de la Sección Neuroendocrinología de FLENI.

Medicina personalizada
La cirugía de remoción del tumor en el cerebro es el tratamiento de elección y puede ser curativa, pero cuando los pacientes no son candidatos a cirugía o persisten con enfermedad residual luego de esta, los medicamentos conocidos como análogos de somatostatina son efectivos para controlar la hipersecreción hormonal y reducir el tamaño tumoral.

Uno de estos tratamientos farmacológicos se administra en forma subcutánea a través de un dispositivo prellenado, similar a las lapiceras de insulina; puede autoaplicárselo el paciente o alguien de su entorno y requiere menos dosis al año que otras opciones que son de administración intramuscular y que deben efectuarse acudiendo a centros de salud.

Una investigación arrojó que, en comparación con la inyección intramuscular, este dispositivo de administración subcutánea incrementa la satisfacción y preferencia de los pacientes, lo que puede ayudar al cumplimiento del tratamiento.

“Para aquellos casos en que sea necesario tratamiento farmacológico, en el consultorio, el médico tratante y el paciente, en conjunto, identificarán la mejor estrategia terapéutica para cada uno, con el objetivo de controlar lo mejor posible la enfermedad y poder recuperar o conservar una buena calidad de vida”, concluyó la Katz.

La enfermedad puede tratarse exitosamente con muy buen pronóstico. Sin embargo, la cuenta pendiente sigue siendo el diagnóstico a tiempo.

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