Qué aprendimos a un año del primer caso de coronavirus en la Argentina

El virus SARS-CoV-2 surgido en Wuhan, ya se propagaba con fuerza en China e Italia. La pandemia comenzó en diciembre de 2019.

NOTICIAS DE INTERÉS Carola LEVI
FZ5RJTJCRDZZXW7S73GCAHPUHU

El 1 de marzo, Claudio Ariel Pazzi, de 43 años, llegaba en primera clase en un vuelo desde Milán. El 3 de marzo de 2020, fue diagnosticado con coronavirus y aislado en una clínica privada de Recoleta. También pusieron en cuarentena a todos los pasajeros del avión.

“Tenemos el primer caso de coronavirus confirmado en nuestro país. Es un paciente que vino de Italia y que muestra que estamos trabajando cumpliendo todos los protocolos”, aseguraba el ahora exministro de salud de la nación Ginés González García. Las autoridades catalogaron el caso de “complejidad leve”.

La infección por SARS-CoV-2 que causa la enfermedad por coronavirus puede ser asintomática o producir una amplia variedad de síntomas. Si bien la mayoría de las personas infectadas presenta cuadros leves o moderados, las personas mayores y las que padecen afecciones médicas subyacentes tienen más probabilidades de cursar una enfermedad grave e incluso llegar a la muerte.

En nuestro país y durante los primeros seis meses de pandemia, la enfermedad afectó principalmente a personas jóvenes, con un promedio de edad de 40 años, de las cuales la mayor parte tuvo buena evolución.

¿Qué aprendimos de la pandemia?
“Hoy sabemos que la vía aérea es la forma más importante de transmisión del virus, ya que las partículas virales contenidas en las microgotas que eliminamos por la nariz y la boca pueden mantenerse suspendidas en el aire durante horas”, opina para Télam Daniel Grassi, director de Posgrado de la Facultad de Ciencias Biomédicas y del Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario Austral.

El experto remarca que aprendimos que cuidarnos es la mejor forma de prevenir el contagio y que cuidar de nosotros mismos significa también que cuidamos a los demás, que es la principal responsabilidad social de todos, seamos adultos o adolescentes.

Cuidarnos incluye mantener la distancia social de 1,5 o 2 metros entre las personas, usar bien el barbijo (fundamentalmente cubriendo bien la nariz), desinfectarse las manos frecuentemente con agua y jabón o usando un gel hidroalcohólico, taparnos la boca con el codo flexionado al toser o estornudar, y evitar las aglomeraciones de personas, especialmente en lugares cerrados y poco ventilados.

“Vimos que algunas terapéuticas han resultado eficaces para pacientes afectados por el SARS-COV2, pero no debemos dar crédito a falsos tratamientos que no han demostrado beneficio en la evolución de la enfermedad en estudios de investigación y que, lamentablemente, se recomiendan desde diversos sitios poco responsables”, remarcó Grassi.

Los expertos estiman que entre el 70% y el 90% de la población debe vacunarse para bloquear la propagación del virus y alcanzar la inmunidad colectiva.

“Seguramente, aún queda aprender mucho más sobre este virus y sus consecuencias, pero considero que lo más importante que hemos aprendido los seres humanos es que somos vulnerables, muy vulnerables, y que debemos cuidarnos entre todos sin egoísmo, y especialmente cuidar a la población de mayor riesgo”, cerró.

Últimas publicaciones
Te puede interesar
Lo más visto