Estudian si la cantidad de microplástico que consumimos daña la salud

Están en el agua, la comida y en las superficies que tocamos. También, se encontraron restos en placentas humanas, pero aún no se sabe si influyen en el desarrollo fetal

SALUD Carola LEVI
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Se calcula que 5,25 billones de piezas de plástico flotan en la superficie del océano y parte de este plástico eventualmente descenderá al fondo del mar. Pero hay evidencia emergente de que los residuos plásticos, además de ser nocivos para el ambiente, también podrían convertirse en un problema para la salud.

La fuente más grande de ingestión de plástico en todo el mundo es a través del agua, especialmente la embotellada. De los otros productos consumibles estudiados, aquellos con mayor registro de niveles de este material orgánico son los mariscos, la cerveza y la sal.

A medida que se descompone, el plástico se convierte en partículas diminutas que reciben el nombre de microplásticos. Estas diminutas partículas están por todas partes: se producen a partir de la descomposición de bolsas y botellas, el desgaste de las suelas de los zapatos mientras se camina y los neumáticos de los coches al circular.

Microplásticos en placenta humana
En uno de los últimos estudios, científicos italianos encontraron, por primera vez, microplásticos en placentas humanas, lo que podría afectar la salud y el desarrollo fetal. Las sustancias se encontraron tanto del lado de la madre, como del feto.

Los hallazgos, publicados el mes pasado en la revista Environment International, llevaron a los investigadores a sugerir que las mujeres están dando a luz a “bebés cyborg”, y los expertos británicos ahora advierten que si bien no se conoce el impacto exacto que este plástico puede tener, el hecho de que llegue a la placenta es inquietante.

No se dieron detalles de la salud de los bebés, pero Charles Kingsland, profesor de medicina reproductiva en la Universidad Edge Hill, en Lancashire, dice que los microplásticos podrían “envenenar al niño” o reducir su suministro de oxígeno, lo que llevaría a algunos bebés a nacer con bajo peso.

¿El plástico es una amenaza para nuestra salud?
“Estamos rodeados de plástico. Por ejemplo, en casa, es posible que estemos caminando sobre una alfombra artificial, cerrando cortinas hechas de poliéster y sentados en una silla con un almohadón artificial. Son todas fibras que, derramadas en el aire, luego podemos respirar”, explica Alex McGoran, investigador de microplásticos en Royal Holloway, la Universidad de Londres y el Museo de Historia Natural de Inglaterra.

Según una revisión de 2018 del King’s College de Londres, investigaciones más recientes sugieren que es posible que los microplásticos pasen de las vías respiratorias o el intestino a la sangre y a nuestros órganos. En teoría, el plástico podría entonces causar inflamación dañina o eliminar sustancias químicas tóxicas.

“Las máscaras faciales de un sólo uso probablemente arrojan fibras microplásticas al aire que nos rodea. Pero el beneficio que obtenemos al usarlas probablemente supera los contras de la posible inhalación de microfibras”, aclara McGoran.

Un estudio de 2018 de las universidades de Heriot-Watt y Plymouth calculó que el británico promedio tragará hasta 68.415 piezas de microplástico al año.

Un informe de la Royal Society concluyó: “Hay pruebas que demuestran la presencia de microplásticos en los seres humanos y la dieta humana. El sistema digestivo humano es eficaz para eliminar los microplásticos, probablemente en más del 90 por ciento, pero lo real es que hay poca evidencia hasta ahora de que los microplásticos hagan daño a los seres humanos”.

Si bien todavía no se puede establecer un vínculo concluyente con el riesgo para la salud humana, tiene sentido tomar medidas para reducir la contaminación plástica. Por ejemplo, usar barbijos reutilizables en lugar de los de un sólo uso, beber agua de la canilla en lugar de agua embotellada y poner ropa en bolsas especiales que atrapan las fibras de plástico producidas durante el lavado. “Y antes de tirar la ropa, pensar si quieres deshacerte de ellas todavía o hacerlas durar un poco más”, dice Alex McGoran.

“La contaminación plástica está en todas partes”, agrega. “Aunque es demasiado pronto para decir si está dañando la salud humana, el daño al medio ambiente no puede ser negado”.

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