8 preguntas que debes hacerte antes de ponerte a dieta según una nutricionista

Para perder peso, tienes que tener en cuenta algunos aspecto.

DIETAS Julia VOSCO
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Por fin te has decidido. Has marcado la fecha en el calendario y por fin vas a comenzar una dieta. Normalmente se toma esa decisión con el objetivo de perder esos kilos de más, pero también puede estar detrás la intención de verte más saludable

1. ¿Cuál es mi objetivo?
Es, sin duda, el primer paso. Tal y como nos sugiere la experta, lo primero de todo es definir el objetivo de la dieta, ¿Cuál es nuestro objetivo? O lo que viene a ser lo mismo: ¿Para qué quieres hacer la dieta? ¿Definir composición corporal? ¿Perder grasa? ¿Mejorar algunos parámetros como parámetros de inflamación? ¿Mejorar la resistencia a la insulina? ¿Cuánto peso quieres perder?

“Tener un objetivo claro y definido nos ayudará a llevarla a término, muchas veces fracasamos en las dietas o en otros planteamientos por falta de objetivos claros. Es importante revisar con un profesional de la salud estos objetivos para ver si son realistas y no son peligrosos para la salud”, nos cuenta la nutricionista, que nos explica que hay personas que le piden consulta para llegar a un peso que puede ser peligroso por su salud. “A estas personas hay que explicarles que eso no es posible, ya que las consecuencias podrían acarrear problemas de salud importantes como por ejemplo la pérdida de la menstruación, osteoporosis, problemas en el sistema endocrino, etc. También es muy importante revisar estos objetivos para ver si se trata de mitos o falsas creencias, hay personas por ejemplo que creen que existe 'una dieta para curar el cáncer'. Lamentablemente eso no existe. Ojalá existiera. Yo, como nutricionista experta en nutrición oncológica, siempre digo que depende del paciente oncológico una determinada dieta le ayudará a llevar mejor el tratamiento y el proceso, pero la dieta de momento no cura el cáncer. Entonces por eso es muy importante definir el objetivo, para no caer en falsas promesas, engaños, etc”, nos explica.

2. ¿Estás comprometida contigo misma para realizar la dieta?
Hay otra pregunta relacionada, en opinión de María Real: ¿Tienes disponibilidad, tiempo y ganas para llevar a cabo un cambio de hábitos? “Esto lo veo mucho en consulta y es que tengo pacientes que no están en el momento para hacer una dieta. “Quien dos liebres sigue, tal vez caza una y muchas veces ninguna”. Pero este argumento no debe servir para dejarse. A lo mejor no puedes comprometerte en una dieta estricta, pero sí puedes mejorar algunas pequeñas acciones”, nos explica.

3. ¿Has hecho alguna otra vez dieta en tu vida?
¿Qué tipo de dieta? ¿Te funcionó? Si no te funcionó, la experta sugiere contestar a esta pregunta ¿Por qué crees que no te funcionó? ¿Con qué impedimentos te encontraste? “Si no te funcionó intenta buscar soluciones a los impedimentos que hicieron que fracasaras. Por ejemplo, si no podías seguir la dieta porque no te daba tiempo a hacer el tupper, piensa como podrías sacar más tiempo o por ejemplo plantéate si a lo mejor es más factible para ti hacer una dieta en la que puedas repetir platos porque así podrás hacer batch cooking y tendrás la nevera y el congelador siempre a punto”, sugiere la experta.

4. ¿Te agobias fácilmente cada vez que empiezas una dieta?
Aquí hay que ver si el paciente considera la comida como una fuente de placer. “Veo muchos pacientes que prácticamente no tienen actividades placenteras en su vida y comer es su única forma de placer y vía de escape. Es muy importante que estos pacientes se den cuenta de que necesitan tiempo para ellos mismos y recuperar actividades que antes les hacían felices: bailar, llamar a los amigos, leer, pasear… si estas personas no se dan cuenta de esto antes de empezar la dieta, se obsesionarán o la abandonarán a los dos días. Con este tipo de pacientes es importante también trabajar con un psicólogo”, nos recomienda María Real.
 

5. ¿Cómo compras?
Al hilo de esta pregunta surgen las siguientes: ¿Dónde vas a comprar? ¿Te agobia ir a comprar? ¿Prefieres mercados o supermercados? ¿Lees las etiquetas? Y es que, tal y como nos detalla la experta nutricionista, con esta pregunta los profesionales de salud consiguen mucha información del paciente. “Por ejemplo, si un paciente me dice que solo va a comprar cada 15 días y va a un gran supermercado, ya me imagino que congela y compra muchas cosas envasadas. Sin embargo, si me dice que va al mercado, a la pescadería, a la carnicería… solo con eso ya significa que invierte más en su alimentación y que no le importa cuidarse. También es importante tener en cuenta el nivel económico de la persona. No todas las familias se pueden permitir comer alimentos de proximidad y frescos a diario”, nos dice

6. ¿En la dieta que vas a realizar se contempla el ejercicio?
Una dieta, al final, es también una herramienta más de lo que denominamos “buenos hábitos de vida”. Por eso, si en la dieta va contemplado el ejercicio o un determinado número de pasos al día seguro que te funciona mejor.

7. ¿Contamos las calorías?
¿La dieta que queremos hacer es menor de 1.200 kcal para mujeres y 1.500 kcal para hombres? “Cuidado con bajar de 1.200 kcal en mujeres porque puede acarrear muchos problemas. Yo recomiendo no hacer este tipo de dietas a menos que las paute un nutricionista colegiado que tenga experiencia y sepa perfectamente lo que está haciendo”, nos alerta la especialista.

 8. ¿Con qué parámetros vas a medir el éxito terapéutico de la dieta?
Por último, es importante que fijemos qué parámetros vamos a analizar. Lo explica muy bien María Real: “Por ejemplo, si quiero perder peso, me podría guiar con los siguientes parámetros: ver cómo me queda la ropa, parámetro visual, peso, mediciones de perímetros corporales… Si, por ejemplo, quiero hacer una dieta para bajar la resistencia a la insulina, puedo medir glucosa, hemoglobina glicosilada, o incluso una prueba oral de tolerancia a la glucosa. Si quiero mejorar la inflamación articular, puedo guiarme con la proteína C reactiva, escala del dolor (EVA) o incluso la inflamación de los dedos de las manos. Tengo pacientes que hacen 'la prueba del anillo', me indican cuando no les entran los anillos de las manos y entonces revisamos exhaustivamente lo que han hecho estos días para ver si encontramos correlación”.


 

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