Síndrome del corazón roto: del estrés emocional a la insuficiencia cardíaca

La enfermedad ataca principalmente a las mujeres ante alteraciones nerviosas y cuadros de estrés agudo. Cuidar uno de los principales órganos del cuerpo evitando tensiones y malos ratos es fundamental para resguardar la salud.

NOTICIAS DE INTERÉS Julia VOSCO
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La miocardiopatía de estrés, una enfermedad que podría atribuírseles a los gerentes y otros altos cargos de las grandes empresas, es una condición que ataca al corazón en situaciones de gran tensión emocional, en especial a las mujeres. Conocida también como el síndrome de Tako-Tsubo -síndrome del corazón roto o discinesia apical transitoria-, este padecimiento implica una disminución brusca de la fuerza del corazón en una región concreta. Eso provoca una serie de síntomas similares a los de la insuficiencia cardíaca o infarto, aunque no se lo debe confundir con este último, ya que no interrumpe el flujo sanguíneo del órgano. Tampoco provoca una inflamación, como en el caso de las miocarditis. Su origen, en este caso, es nervioso o neurógeno

Este síndrome fue descripto a principios de los ’90 en Japón y se denominó Tako-Tsubo en honor a una vasija que se utiliza para la pesca de pulpos de ese país. La mayoría de los primeros pacientes con esta enfermedad presentaban dolores en el pecho, además de una sensación de falta de aire. La sorpresa fue que, cuando se realizaba un cateterismo para ver si había una arteria obstruida, las coronarias se encontraban sanas, por lo tanto, no había infarto. La contracción del corazón, por otro lado, hacía que tomase una forma similar a la del recipiente japonés, de ahí su nombre.

¿Por qué se produce?
Las paredes musculares del corazón están recorridas por nervios que regulan su velocidad y su fuerza de contracción. Esos nervios están controlados por nuestro cerebro. Por eso, si sentimos un peligro o vemos a una persona que nos atrae, nuestro corazón se acelera. Ante determinados estímulos, el principal órgano del cuerpo bombea más sangre a los músculos para huir de un peligro o hacer frente a una amenaza. Cuando hay una descarga masiva de catecolaminas (una hormona que viaja por nuestro torrente sanguíneo en situaciones de estrés tras un estímulo físico o psíquico), el músculo cardíaco puede dar la respuesta contraria y quedarse aturdido. En recientes estudios sobre el tema, se descubrió que, a diferencia de los ataques cardíacos que suelen ocurrir en invierno, el síndrome del corazón roto suele darse en los meses de primavera y verano.

Con Bienestar habló con el psicólogo y coordinador general del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano, Miguel Espeche (M.N 10.199), que expresó que este síndrome es “una muestra más de que los seres humanos somos una unidad y que nuestro cuerpo, mente y alma no son elementos separados sino que funcionan interconectados”.

En ese sentido, afirmó que la vida emocional y los amores tienen un efecto muy visible en el cuerpo. “En el plano cardíaco, y por alguna razón valedera, desde hace milenios en distintas culturas se habla del corazón como el espacio de afectividad y amor. Esa fuente de vida que es el corazón, cuando es lastimada por los sinsabores de la vida, sufre y lo hace de distintas formas. Una, es a través de este síndrome.

Si bien la vida tiene sus sinsabores, en el plano de los amores, siempre es importante hablar del buen amor, que no es un amor de desafíos ni poder, sino uno de comunión, cercanía y buena calidad: el encuentro de lo mejor de cada uno. Si no es así, los riesgos de tener este tipo de patologías o sufrimientos son mucho mayores. A la hora del amor, es bueno saber que uno es valioso, aunque no lo sintamos de esa manera. Y uno debe encontrar un amor acorde a valía”, argumentó el especialista.

Por su parte, el cardiólogo Hernán Provera (M.N 112.732), le explicó a Con Bienestar que el Tako-Tsubo es un síndrome que “se da casi exclusivamente en mujeres -en un 90 % de los casos-, comúnmente debido a cuadros de estrés agudo, muy pocas veces en cuadros crónicos”. De acuerdo a su experiencia profesional, precisó que lo ha visto mucho en mujeres que han perdido seres queridos, que se divorciaron, perdieron su trabajo o que han recibido una mala noticia que les desencadenó un cuadro de estrés agudo.

“Generalmente, todo es de carácter emocional. Es raro ver este síndrome posterior a un estrés físico como puede ser una cirugía o un dolor muy agudo en el cuerpo o un traumatismo. Si bien eso puede pasar, porque está descripto, lo lógico y común de ver es que se produzca por un estrés agudo o de carácter emocional”, puntualizó.

El cardiólogo explicó que lo que ocurre es que “la punta del corazón -el ventrículo izquierdo que bombea la sangre a todo el cuerpo- detiene su movimiento/funcionamiento a causa de todas las catecolaminas, que son sustancias estimulantes”. En esa misma línea, añadió: “El corazón queda como aturdido, atontado y pierde parte de su función principal. Al dejar de bombear, el paciente entra en un cuadro de insuficiencia cardíaca, que es cuando el corazón se torna insuficiente para bombear la cantidad de sangre que una persona necesita en determinados momentos. Generalmente, el paciente siente un dolor similar al de un infarto. Ingresa a la Unidad Coronaria de un instituto médico y el electrocardiograma suele estar alterado. Se ve, por ejemplo, que la porción apical del corazón está alterada y hasta ese momento, es indistinguible de un infarto producto de una arteria tapada”.

En ese sentido, Provera añadió: “Cuando sucede esto y, por rutina, se le hace al paciente una coronariografía para ver las arterias, los médicos se encuentran con que no hay ninguna arteria tapada. Ahí es cuando se diagnostica este síndrome. Los cardiólogos siempre vamos en busca de la obstrucción de una arteria ya que el estrés agudo es la principal causa de esto. En estos pacientes con síndrome del corazón roto, se ve claramente que todas las arterias del corazón están sanas y que ese aturdimiento del órgano lo produjo un cuadro de estrés agudo. En la mayoría de los casos, y según mi experiencia, esa porción defectuosa del corazón se recupera”.

Las mujeres corren más riesgo
Según Texas Heart Institute, las mujeres corren más riesgo que los hombres de sufrir esta enfermedad, en especial si ya transitaron la menopausia. De hecho, las probabilidades de que una mujer sufra este síndrome son entre siete y nueve veces mayores que las de un hombre. La condición afecta, en su mayoría, a mujeres de más de 50 años. Entre las situaciones que pueden provocar este padecimiento se encuentran las épocas de estrés prolongados, el fallecimiento de un ser querido, cambios indeseados en la vida personal o el fin de una relación de pareja, entre otras. Aunque normalmente la cardiomiopatía de Tako-Tsubo es pasajera, puede causar complicaciones permanentes y es mortal en el 2% de los casos. Todas las personas que sufren este síndrome necesitan tratamiento y deben consultar con un médico.

De acuerdo al doctor Manuel Martínez-Sellés, jefe de la sección de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología, las mujeres posmenopáusica -de entre 60 y 75 años-, con pocos o ningún factor de riesgo cardiovascular (es decir, no fumadora, con colesterol, tensión y azúcar normales) que sufren un episodio de gran estrés (psíquico o físico), pueden atravesar por un cuadro como el descripto.

“El estrés psicológico más frecuente asociado a este cuadro se debe en general a la muerte de un familiar, el diagnóstico de una enfermedad grave, los problemas económicos (incluyendo la pérdida del empleo y las pérdidas relacionadas con el juego), el miedo (robo a mano armada, hablar en público), la ira (discusiones con el cónyuge), los conflictos en las relaciones matrimoniales (separaciones, divorcios), entre otros. Aunque se ha investigado mucho sobre el tema, se desconoce por qué este síndrome es tan frecuente entre las mujeres. Pero, por suerte, se recuperan completamente en 3 o 4 días y no sufren ningún tipo de secuela”, concluyó el especialista.

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