Son muchos los factores que alteran el correcto funcionamiento del sistema inmunitario

Cómo mantener fuertes las defensas cuidando la alimentación, el ejercicio y el descanso

SALUD Carola LEVI
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Cuando se vive en un contexto estresante durante un periodo de tiempo prolongado puede ser perjudicial para nuestra salud. Tal como explicó Jorge Domínguez, investigador del Departamento de Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad Radboud en Nimega (Países Bajos) en un encuentro científico de Cantabria Labs, las situaciones de estrés mantenido en el tiempo provocan la producción de cortisol, una hormona que tiene efectos inflamatorios y debilita las acciones del sistema inmunitario, lo que puede hacernos más susceptibles a sufrir infecciones de todo tipo.

Pero además del estrés, el sedentarismo y los desequilibrios en la dieta pueden actuar como enemigos del sistema inmunitario, al igual que la falta de sueño pues, tal como revela Domínguez, las personas que no duermen bien o que no duermen lo suficiente tienen más probabilidades de enfermar después de estar expuestos a agentes infecciosos.

Y esa misma falta de sueño puede afectar también a la rapidez de recuperación en el caso de que enfermemos. Algunas de las señales que indican que necesitamos reforzar el sistema inmunitario son, según precisa el investigador, ponerse enfermo de forma habitual, sentirse débil y cansado o sufrir con frecuencia infecciones como herpes y hongos en la piel.

Cómo reforzar el sistema inmunitario
Para fortalecer el sistema inmunitario, por tanto, es fundamental mantener hábitos saludables que nos permitan hacer frente a situaciones de estrés. Pero, ¿cuáles serían realmente esos hábitos saludables? Los tres pilares son seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio a diario y dormir bien.

La relación entre nuestra alimentación y el sistema inmune es tan estrecha que un desequilibrio en la primera puede alterar la función inmunológica. De hecho, al descuidar lo que ponemos sobre la mesa se produce una reacción en cadena en nuestro organismo. «La repercusión intestinal es casi inmediata: se pierde el equilibrio en la microbiota, formada por billones de bacterias, lo que se asocia a un grado de inflamación que termina por afectar la permeabilidad intestinal, muy relacionada con el sistema inmunológico», explica la dietista-nutricionista Anna Paré, que también es farmacéutica.

Esto nos puede provocar tanto problemas digestivos (hinchazón, halitosis, digestiones lentas…) como cansancio, dolor en las articulaciones, migrañas, falta de concentración, patologías dermatológicas… «Solo con cambiar la alimentación, el estado general y los niveles de energía suelen mejorar. Nuestras defensas se ponen a punto y las personas se encuentran mejor», aclara.

¿Qué quiere decir «comer sano»?
Si bien la dieta mediterránea, según confirman numerosos estudios, es un seguro de salud por su efecto inmunoprotector, no la cumplimos tan bien como creemos. «Tan importante es dar prioridad a las verduras, hortalizas, frutas y legumbres en el plato como evitar los ultraprocesados», aconseja Anna Paré.

Para cuidar el sistema inmunológico, lo más interesante son los nutrientes antioxidantes (vitamina C, E, zinc y selenio), así como la vitamina D, «cuyo papel protector frente a las enfermedades infecciosas respiratorias se ha puesto de especial relieve con la Covid-19», subraya Paré. La nutricionista aporta ejemplos de los alimentos más ricos en estos micronutrientes:

· Frutas: naranja, mandarina, pomelo, kiwi, granada, uva negra, arándanos, mango y fresas se llevan la palma en antioxidantes.

· Frutos secos (nueces, avellanas…); cereales integrales y legumbres aportan selenio y zinc.

· Verduras y hortalizas: espinacas, brócoli, pimiento rojo (es el alimento más rico en vitamina C, pero solo si lo tomamos en crudo)

· Aceite de oliva virgen extra, rico en vitamina E y polifenoles (otro gran antioxidante)

· La vitamina D la encontramos en el pescado azul (anguila, atún, caballa, salmón salvaje…) y también la obtenemos por síntesis cutánea al exponernos -siempre de forma responsable- al sol. Para asegurar unos buenos niveles, puede ser conveniente tomarla en forma de suplemento.

Comparte esta opinión Jorge Domínguez quien añade la importancia de añadir proteínas y grasas saludables (no saturadas) y además insiste en la necesidad de beber agua, una recomendación especialmente importante en el caso de las personas mayores pues los mecanismos de regulación de la sed dejan de funcionar correctamente en edades avanzadas y los mayores puedan deshidratarse con facilidad.

En cuanto al ejercicio diario propone realizar un mínimo de 30 minutos al día pues eso ayudaría, según comenta el experto, a mejorar la calidad del sueño y contribuiría a prevenir la aparición de artritis, diabetes, enfermedades cardiovasculares y también favorecer la funcionalidad del sistema inmunitario.

Si a un estilo de vida saludable (dieta equilibrada, práctica de ejercicio y correcto descanso) le sumamos el aporte de zinc (de INMUNOFERON sobres, INMUNOFERON cápsulas e INMUNOFERON Biotics), vitamina C y vitamina D (de INMUNOFERON Junior jarabe), así como de la cepa Lactobacillus rhamnosus GG (de INMUNOFERON Biotics) que ofrecen los productos de la línea de Cantabria Labs, contribuiremos a tener un sistema inmune bien entrenado.

INMUNOFERON cuenta con la tecnología AM3®, patentada por Cantabria Labs. El zinc, la vitamina C y la vitamina D ayudan a contribuir al normal funcionamiento del sistema inmune. Esta línea de *complementos alimenticios, está disponible en formatos para toda la familia: cápsulas, sobres y jarabe junior. Para saber más sobre cómo poner a punto tu sistema inmune se puede encontrar más información en este e-book descagable.

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