Las 5 partes del cuerpo que no nos lavamos del todo bien

La higiene de manos cobró importancia durante la pandemia pero hay otras zonas corporales que siguen olvidadas.

NOTICIAS DE INTERÉS Julia VOSCO
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Gracias a la pandemia de coronavirus, el lavado de manos frecuente se convirtió en un hábito para aquellos que no lo tenían incorporado. El alcohol en gel y el jabón pasaron a ser los mejores aliados del ser humano (sin olvidarnos del tapabocas, por supuesto). Pero hay otras zonas del cuerpo que aún olvidamos y a las que es necesario prestar atención.

No lavar de forma adecuada cada parte del cuerpo puede tener consecuencias diversas, desde pequeñas irritaciones a infecciones. Por eso, es bueno repasar aquellas zonas que merecen un cuidado especial.

Orejas
Suelen ser las grandes olvidadas de los cuidados faciales. Pero es importante que las lavemos con regularidad, tanto en la parte interna como externa, siempre sin abusar. La limpieza exagerada de los oídos y el uso de hisopos pueden inflamar el conducto auditivo. Tampoco es buena la idea de meter las uñas.

Los hisopos pueden dañar la capa de piel que cubre el conducto auditivo. Al sacar precozmente la última barrera dérmica protectora, éste queda mucho más vulnerable a que ingresen bacterias. Otra consecuencia negativa de los bastoncillos de algodón es que pueden empujar los tapones de cera hacia el fondo del oído.

Los especialistas en otorrinolaringología recomiendan usar una toalla para el secado. En algunos casos, también indican el empleo de unas gotitas de alcohol boricado para que elimine la humedad que queda dentro del oído, pero deben ser recetadas por un profesional.

En cuanto al exterior, hay que poner atención especialmente detrás de las orejas. Allí se acumulan residuos del champú y del acondicionador. Además, es necesario remover los restos de lo que las glándulas sebáceas producen para mantener la piel húmeda. Por eso, lo mejor es limpiarlas con agua y jabón, enjuagarlas bien tras el lavado del pelo y secarlas también con una toalla.

Lengua
Si las orejas son las grandes olvidadas de la higiene facial, en el terreno bucal ese papel lo cumple la lengua. Si bien todos somos conscientes que hay que cepillarse los dientes al menos dos veces al día, no lo somos tanto a la hora de cuidar la lengua.

Entra en contacto con todo lo que comemos y, por esta razón, después del cepillado, tenemos que usar un raspador para barrer con lo que ahí se aloja aunque no lo veamos. Si se utiliza otro elemento puede provocar lesiones que luego derivan en un sinfín de patologías.

Es el músculo que más bacterias acumula como consecuencia de tener una superficie irregular. Los residuos de alimentos que no se remueven provocan la aparición de mal aliento y de caries”, explican las odontólogas Yamila Plotequer (M.N. 38.530) y Karina Cejas (M.N. 38.561) a Con Bienestar.

Codos
En esa zona del brazo, se acumulan células muertas que tienden a oscurecerla. Por eso, es recomendable exfoliar su piel una vez al mes. Eso sí, hay que hacerlo de forma muy suave y con el producto que recomiende el especialista en dermatología, acorde al tipo de dermis.

Ombligo
Al tratarse de un hueco particular del cuerpo, en el ombligo tiende a acumularse suciedad. Esto, a la larga, puede causar mal olor y hasta una infección. Ahí sí que podemos utilizar un hisopo de algodón. Estos cuidados deben extremarse si tenemos un piercing, que mantiene a las pelusas y otros elementos en el lugar como una suerte de tapón.

Por otro lado, es importante secar la zona al salir de la ducha, si no, el ombligo puede ser un caldo de cultivo para las bacterias.

Espalda
Pasa la mayor parte del día tapada, lo que hace que la piel no respire y se acumule bastante suciedad en poros y glándulas. La zona también se irrita con la sudoración o la fricción que provocan las mochilas o la ropa muy ajustada. Esto, en algunos casos, puede derivar en acné.

Si bien esta zona es de difícil acceso, no es necesario arriesgarse a hacer técnicas de contorsionismo en la ducha para limpiarla. Existen cepillos de baño con el mango largo que permiten llegar a las partes más alejadas.

Espalda
Pasa la mayor parte del día tapada, lo que hace que la piel no respire y se acumule bastante suciedad en poros y glándulas. La zona también se irrita con la sudoración o la fricción que provocan las mochilas o la ropa muy ajustada. Esto, en algunos casos, puede derivar en acné.

Si bien esta zona es de difícil acceso, no es necesario arriesgarse a hacer técnicas de contorsionismo en la ducha para limpiarla. Existen cepillos de baño con el mango largo que permiten llegar a las partes más alejadas.

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