Síndrome del ovario poliquístico, el diagnóstico al que ya no hay que temer

Este trastorno cuenta ahora con diversos tratamientos para que no cause infertilidad.

SALUD Julia VOSCO
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Años atrás, el síndrome de ovario poliquístico era un diagnóstico devastador para las mujeres porque constituía una causa frecuente de infertilidad. Sin embargo, con el avance de la ciencia esta condición ya no supone un problema, dado que se cuenta con diferentes tratamientos para abordarla.

Esta afección se produce cuando los ovarios son más grandes de lo normal y están llenos de folículos que no llegan a la ovulación. Se trata de un desequilibrio hormonal de las glándulas suprarrenales que segregan mayor cantidad de hormonas masculinas.

Los especialistas no conocen la razón por la cual se presenta el síndrome de ovario poliquístico. En algunos casos, es debido a la aparición de algún tumor en la glándula suprarrenal, pero, en general, no se sabe el motivo que desencadena el proceso.

Debido al desequilibrio hormonal, a la mujer le crece el vello, el pelo se le engrasa, engorda, presenta acné y tiene alteraciones del ciclo menstrual, es decir, que menstrúa muy seguido o tiene períodos de ausencia (amenorrea). Como consecuencia de esto último, no ovula y no puede quedar embarazada.

¿Cómo se produce?
Un ovario tiene folículos, sacos pequeños llenos de líquido que contienen un óvulo inmaduro. Cuando un óvulo madura durante el ciclo menstrual de la mujer, el folículo se rompe y se libera para su posible fecundación. En el caso de presentar este síndrome, los folículos se juntan y se generan pequeños quistes.

“Hasta que no se liberan los óvulos, la mujer no se va a embarazar. Pero hay que dejar en claro que es una causa de infertilidad, no de esterilidad. Además, hoy en día el problema tiene solución rápida y hay disponibles muchos tratamientos. No es un problema como lo era antes, que había que operar”, subraya el obstetra Oscar Guetmonovitch (M.N. 47.026) en diálogo con Con Bienestar.

En el caso de que la paciente con este problema quiera ser madre, una de las terapias más frecuentes es realizar una estimulación ovárica. Si, por el contrario, la maternidad no es un deseo, se recurre a métodos anovulatorios como los anticonceptivos. Otra opción es llevar a cabo una laparoscopia, o cirugía mínimamente invasiva.

No a todas las mujeres les funciona la misma terapia y es al analizar el caso particular cuando el profesional determinará qué vía encarar. “Hay muchos tratamientos. Hay que ver si tienen resultado o se deben realizar otros, según el grado de complejidad. No se los puede llevar a cabo a todas por igual”, explica Guetmonovitch.

Lo primordial es que si se presentan algunos de los síntomas mencionados, la mujer tome cartas en el asunto y consulte lo antes posible con un especialista en ginecología para que se diagnostique y, en caso de que se presente síndrome del ovario poliquístico, empezar el tratamiento adecuado.

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