Coronavirus: cuál es la relación entre la vitamina D y el COVID-19

Seis grandes asociaciones médicas, y más de 70 científicos europeos, instan a recetar este compuesto a la población en general.

SALUD Julia VOSCO
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Los expertos resaltan que la carencia de vitamina D afecta especialmente a personas de edad avanzada, obesas o con enfermedades crónicas, grupos que, coincidentemente, son también susceptibles de padecer formas graves de COVID-19.

“Aunque no puede ser considerada un arma al mismo nivel que la vacuna o los gestos de protección, los suplementos de vitamina D podrían ser un adyuvante útil para contribuir a la prevención de una infección de Sars-CoV-2 y, sobre todo, a reducir las formas graves de Covid-19”, indican los autores de la publicación.

La recomendación, que aparece en La Revue du Practicien, una revista francesa de medicina, va firmada por 73 expertos franceses y seis sociedades nacionales, la Sociedad Francesa de Endocrinología, la de Pediatría, la de Geriatría, la de Endocrinología y Diabetes Pediátricas y la de Nefrología, Diálisis y Trasplantes.

El consejo a los médicos es distribuir la vitamina con fuertes dosis entre los contagiados y promover su prescripción a gran escala ante los “niveles insuficientes que presentan entre un 40 y un 50% de la población francesa”, más aún en los casos “de personas con riesgo de padecer formas graves de la COVID-19”.

Ante la falta de datos sólidos, se refieren a varios estudios, entre ellos uno noruego con carácter preliminar que muestra que los consumidores habituales de aceite de hígado de bacalao, rico en vitamina D, se infectan menos del coronavirus.

La fuente natural de vitamina D para el ser humano es su síntesis en la piel por exposición a la radiación ultravioleta del sol. ¿Pero qué ocurre cuando, por falta de espacio, balcones mal orientados o días nublados el sol no asoma? Se producen dolores musculares, los huesos se debilitan, el ánimo afloja.

Un grupo de riesgo especial son los adultos mayores, cuya capacidad de síntesis es casi un 70 por ciento menor que la de una persona joven”, explica la doctora Beatriz Oliveri (M.N. 55.648), médica osteóloga, especialista en osteoporosis. Y está de acuerdo con que la falta de vitamina D se asocia con mayor prevalencia de las enfermedades que son de riesgo para COVID-19: diabetes, hipertensión y patologías cardiovasculares.

Según la médica, la ingesta de pescados como atún, bacalao o sardinas, lácteos, huevo, hígado o cereales, aunque son ricos en vitamina D, no aportan lo suficiente para restablecer el déficit que se genera o para alcanzar los niveles necesarios para que sus efectos sean beneficiosos frente al COVID-19.

Existen suplementos de vitamina D para ingerir en gotas en forma diaria o semanal. También hay dosis mayores en cápsulas o en solución líquida, que se indican una vez por mes, bimestral o trimestralmente. Se encuentra además en multivitamínicos y en presentaciones asociadas al calcio.

“La forma y dosis de vitamina D debe ser indicada por el profesional médico, ya que puede causar intoxicación si se ingiere en dosis excesiva”, advierte la especialista.

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