Vacuna del coronavirus: en qué casos puede generar alergias

Hay personas a las que les conviene tomar precauciones, pero el peor efecto adverso es no vacunarse.

SALUD Julia VOSCO
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Mientras esperamos a que llegue nuestro turno para arremangarnos el pullover y ofrecer nuestro músculo deltoides, dejando vía libre a los avances de la ciencia, es muy posible que decenas de dudas relacionadas con la vacuna del coronavirus asalten nuestra cabeza. Para la mayoría de ellas encontrarás respuesta en la web de los organismos internacionales y ministerios de Salud para resolver las incógnitas más frecuentes, pero hay un tema que no acaba de dejar tranquilo a un porcentaje considerable de la población: el de las alergias. ¿Es segura esta vacuna en todos los casos? ¿Hay personas alérgicas que deben consultar antes de recibir la primera dosis?.

Las dudas surgieron después de que dos sanitarios sufrieran “reacciones anafilactoides” tras la administración de la primera dosis, en la primera semana de vacunación en Reino Unido. Ambas personas, que ya tenían antecedentes de reacciones alérgicas graves y no salían de casa sin un autoinyector de adrenalina, se recuperaron. Pero lo ocurrido hizo que la autoridad británica reguladora de los medicamentos lanzara una recomendación: evitar suministrar la vacuna a pacientes que hubieran tenido alguna vez una reacción anafiláctica a un alimento, medicamento o vacuna.

La noticia fue motivo suficiente para intranquilizar a quienes tienen alergias, por lo que la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica intentó poner orden con un manifiesto que decía que “los pacientes alérgicos leves y moderados no deben ser excluidos de la vacuna”. A ello añadieron que “el beneficio de la inoculación supera claramente el riesgo de desarrollo grave de COVID-19, incluyendo a más del 30 % de la población que padece enfermedades alérgicas”. Entonces, ¿quién debe saltarse su turno de vacunación?.

La respuesta es clara: tanto en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos como en España, se ha acotado aún más la contraindicación de los reguladores británicos, y tan solo desaconsejan la vacuna a personas que hayan presentado una reacción anafiláctica a una dosis previa de la vacuna de Pfizer y BioNtech, o a alguno de sus componentes. “Aunque lo sucedido en Reino Unido alertó un poco, no se ha vuelto a repetir”, comenta el epidemiólogo José Tuells, director de la cátedra Balmis de Vacunología de la Universidad de Alicante y coordinador de vacunas de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). “La vacuna contra el COVID-19 tiene las mismas contraindicaciones en los alérgicos que cualquier otra, únicamente no se recomienda en personas que han tenido reacciones alérgicas a alguno de sus componentes”, afirma.

Según los expertos, todo apunta a que los pocos casos de alergia que creen que pudieran darse estarían relacionados con un único elemento. Como explica Belén de la Hoz, vicepresidenta de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la vacuna “lleva estabilizantes y ciertas sustancias, entre ellas el polietilenglicol (PEG), que es un excipiente. La alergia con reacciones sistémicas a este compuesto es muy poco frecuente, pero se cree que es posible que pueda ser el que provocó esa reacción en los sanitarios británicos”, señala.

Para curarse en salud…
¿Y qué ocurre si somos alérgicos a ese o a otro elemento de la vacuna pero no lo sabemos? Para curarse en salud, hay otros dos casos en los que tomar precauciones. Uno es el de quienes hayan tenido una reacción anafiláctica “a otra vacuna o a un medicamento que se haya administrado por vía intramuscular”, responde Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

El otro grupo que debe comentar su caso es el de quienes hayan tenido esa misma reacción grave o anafiláctica en alguna ocasión “sin saber fehacientemente qué la provocó, o que hayan tenido varios episodios de anafilaxia, ya que habitualmente si tuvieron diversos casos es que no conoces a qué sos alérgico y vuelves a estar en contacto con ese agente”, explica De la Hoz, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

Pero, ¿en qué consiste una anafilaxia? “Hay muchas definiciones, pero básicamente es una reacción sistémica, que afecta a dos o más órganos, y que tiene una condición clarísima, que es que pone en peligro la vida del paciente”, responde la vicepresidenta de la SEAIC, que añade que los datos indican que aunque están aumentando los casos —”se calcula que hay entre 50 y 112 episodios de anafilaxia anualmente por cada 100.000 habitantes”—, la mortalidad por anafilaxia es baja, de un paciente cada cuatro millones.

¿Hace falta una prueba de alergia previa?
Puede que nunca hayamos sentido que nos quedamos sin respiración tras picar unos maníes o tomar un medicamento con penicilina. Pero, ¿qué ocurre si nunca hemos tenido anafilaxias pero estornudamos a lo loco cuando hay un gato cerca, basta que comamos un poco de marisco para que aparezca la urticaria o nuestros ojos se irritan cuando suben los niveles de polen? No pasa nada, podemos sentarnos con toda la confianza del mundo a que nos administren la vacuna. De hecho, como comenta Francisco Álvarez, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), “no es preciso hacer pruebas alérgicas antes de recibir la vacuna, solo se informará al equipo vacunador de las alergias que se padecen para que estén prevenidos”.

Lo que sí se recomienda, tanto para esta como para cualquier otra vacuna, y se sea alérgico o no, es esperar entre 15 y 30 minutos antes de irse a casa. “Si se da alguna reacción, tiene lugar rápido, no después de una hora”, recuerda José Tuells. Y precisamente para poder actuar en caso de que se dé esa reacción, en el lugar de vacunación siempre tiene que haber un equipo básico “con adrenalina y personal entrenado en reanimación cardiopulmonar”, añade el coordinador del CAV-AEP.

Otra recomendación a tener en cuenta es la de dejar la vacuna para más adelante “en caso de que se presente fiebre o se esté padeciendo alguna enfermedad infecciosa aguda. Pero una vez subsanado el cuadro, te podés vacunar perfectamente”, asegura el presidente de la AEV.

El peor efecto adverso es no administrarla”
Si somos mayores de 16 años, no estamos embarazadas y nunca tuvimos una reacción anafiláctica a otra vacuna, a un medicamento inyectable, a un agente no conocido o algún componente de la BNT162b2, podemos recibir nuestras dosis y así lograr desarrollar la inmunidad contra el COVID-19. ¿Será pan comido? Probablemente sí. Los únicos efectos secundarios que podríamos notar son dolor en el lugar donde te administran la dosis, algo de fiebre, fatiga o dolor de cabeza. En cualquier caso, no hay que preocuparse porque estos malestares se pasan ,como mucho, en dos días.

Y esta vacuna no es de las que más efectos secundarios tiene. “Como ejemplo, una de las que más efectos adversos produce es la de la difteria, tétanos y tosferina acelular (DTPa), y se administra sin problemas. No es nada extraño que las inyecciones tengan efectos secundarios. De hecho, todas los tienen, solo que unas más y otras menos”, dice el coordinador de vacunas de SESPAS. Y, en cualquier caso, como recuerda García Rojas, “el peor efecto adverso que tiene la vacuna es no administrarla”.

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