Seis consejos para prevenir ahogos en chicos

Es una de las principales causas de muerte en los más chiquititos. La prevención y el cuidado son fundamentales.

SER PADRES Julia VOSCO
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Según el Boletín de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación (DEIS 2018), en 2018 fallecieron por ahogamiento 77 niños de 0 a 4 años, lo que representa prácticamente un caso cada menos de 5 días.

El ahogamiento representa en la Argentina una de las primeras causas de muerte en niños de uno a tres años, y se considera el grupo de mayor riesgo y el más vulnerable, a los chicos desde que empiezan a caminar o movilizarse por sí mismos hasta los cinco años de edad.

“Los menores de 12 meses son poco autónomos y dependen totalmente de sus cuidadores. La mayoría de los ahogamientos se producen en agua dulce. En los lactantes, el escenario más habitual son los lugares para bañarlo, por descuido o maltrato. Se pueden ahogar muy rápidamente en muy poca agua, por ejemplo, la que tenga un balde o un tacho vacío de pintura”, precisó María Cecilia Rizzuti (M.N. 82.871), médica pediatra, miembro del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

“La prevención es vital, ya que en el momento en que el niño comienza a ahogarse el desenlace es a menudo fatal y la supervivencia depende de la rapidez en sacarlo del agua y de la realización de una reanimación adecuada”, remarca Rizzuti.

Las medidas más eficaces en niños y niñas menores de 5 años son:

Garantizar la vigilancia atenta y permanente de un adulto responsable de los niños que estén en la pileta.
Mantener una proporción segura entre el número de cuidadores y niños.
Eliminar o tapar los reservorios de agua como pozos, baldes, cisternas o barriles.
Instalar en todas las piletas cercos perimetrales, fijos o removibles, de una altura mínima de 1,30 metros. Los cobertores y alarmas de piletas no excluyen la presencia del cerco.
Vaciar totalmente, luego de su uso, las piletas “inflables” o “desarmables” o ubicarlas en lugares no accesibles a los niños pequeños.
Utilizar dispositivos de flotación personales como los chalecos salvavidas.

“Se debe hacer hincapié en la importancia del compromiso de padres y cuidadores adultos, docentes, guardavidas y tomadores de decisiones en conocer y ejecutar las medidas de prevención adecuadas del ahogamiento que comprobadamente disminuyen el riesgo, como la supervisión constante, adecuada y entrenada, ambiente seguro, protección de piletas y otros contenedores de agua del hogar potencialmente peligrosos para niños pequeños como pueden ser baldes, bañeras, palanganas y fuentones; así como el entrenamiento en reanimación cardiopulmonar (RCP) a la comunidad y clases de natación adaptadas a edades y necesidades especiales”, recomienda Adela Armando (M.P. 7.087), pediatra del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP.

“Cada vez que un niño pequeño visita una casa, club o colonia de vacaciones donde existan piscinas u otros espejos de agua, los padres y/o los cuidadores deben evaluar cuidadosamente los lugares para verificar que cuenten con las medidas de seguridad correspondientes que impidan su acceso”, advirtió la especialista.

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