¿Quieres adelgazar? Ojo con estos alimentos del súper, parecen saludables pero no lo son

No todo es tan sano como te lo pintan

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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Algo de lo más habitual en los propósitos de año nuevo es perder esos kilos que, inevitablemente, se han ido acumulando en las comidas y cenas navideñas. Y, tal y como aseguran los expertos, todo gran cambio nutricional comienza por el supermercado y los alimentos que, a partir de ahora, tengas en tu nevera. Piensa que si no tienes nada insano en tu lista de la compra te será mucho más fácil alcanzar tus objetivos. Pero cuidado porque el etiquetado no siempre es fiel y, en todo caso, habrá que fijarse en la lista de ingredientes. No es oro todo lo que reluce así que toma nota de los alimentos que te venden como 'sanos' y que, en realidad, no lo son tanto. 

Granola, frutos secos y tortitas de maíz
Si bien estas tres categorías suelen estar asociadas a la palabra 'dieta', no siempre es verdad. En el caso de la granola (una combinación de cereales, frutos secos y, en algunos casos, chocolate o frutos rojos) suele contener más cantidad de azúcar de lo que piensas. Para reducir el margen de error, lo mejor será hacer la tuya propia en casa. En cuanto a los frutos secos, cuidado, porque una ración de pistachos, nueces, anarcados o cacahuetes son sanos siempre y cuando no hayan sido procesados. Es decir, sin frituras, exceso de sal y azúcar. Otro alimento que en los supermercados sueles encontrar con algún reclamo del tio "saludable" son las tortitas de arroz inflado. Sin embargo, la apuesta más segura son las que están hechas a base de centeno, trigo integral 100%, espelta o semillas como el sésamo. 

Pan... ¿Integral?
En la mayoría de los casos en los que lees la palabra 'integral' en una barra de pan o en un envase de pan de molde, en realidad, contiene un bajo porcentaje de grano entero. A la hora de elegirlo, asegúrate de que ha sido elaborado, exclusivamente, con trigo o espelta integral. Según los nutricionistas esta es la mejor opción. En caso contrario, pueden contener aceites insanos como el de girasol y hasta derivados del azúcar y un exceso de sal.
 

Evita los trampantojos
Tal y como establece la RAE, un trampantojo es aquello con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es. Y sí, se trata de una práctica de lo más habitual en la alimentación. Práctica que podría estar influyendo en tus hábitos saludables sin darte cuenta. Hablamos, por ejemplo, de los conocidos como 'barritas de cangrejo' que, en realidad, se llaman surimi. Dicho sucedáneo del crustáceo real no es más que una combinación de carne de pescado blanco, azúcar, almidón y, en algunos casos, hasta aceite de colza. Lo mismo sucede con las gulas. En realidad, intentan imitar a las angulas que mucha gente no podría permitirse ya que, en temporada, llegan a alcanzar los 1.000 euros/kilo. En todo caso, lo que sueles encontrar en el súper es, al igual que sucede con los surimi, un sucedáneo de las mismas, a base de proteína de pescado, huevo, glutamato monosódico, aromas artificiales y hasta tinta sintética. Nada que ver con el producto original.  

El porcentaje, en el chocolate, sí importa (y mucho)
Si eres una amante del chocolate y, de vez en cuando, te permites una o dos honzas, procura fijarte en el porcentaje que viene plasmado en el etiquetado. Según los expertos, con el objetivo de mantener una dieta saludable de principio a pin, lo ideal será ver refleado un 85% (o superior). Este porcentaje hace referencia a la cantidad de cacao que contiene. Así, cuando más haya de este, menos habrá de azúcar. Lo ideal es ir acostumbrando al paladar a chocolate cada vez más negro, hasta que puedas tomarlo casi puro y sin edulzantes. Pero ¡cuidado!, esto no significa que sea un alimento supersano, por lo que habrá que limitar su consumo, según recomiendan las fundadoras de Futurlife, a "cuatro honzas a la semana". 

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