Trucos para mantenerse en forma aún en vacaciones

Se puede lucir y mantener la panza chata en la playa si se siguen algunas estrategias. Qué hay que evitar.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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La pandemia de coronavirus desafió la salud mental y, también, nuestra capacidad de autocontrol con la comida. Tener todos los antojos al alcance de la mano y sin la posibilidad de salir requería de fortaleza mental. Ejercitarse en casa implicó compromiso y voluntad. Cuando por fin levantaron las restricciones, llegaron las fiestas y ahora las vacaciones. Es bueno no hay que desanimarse ni echar por tierra todo lo que se logró en el año.

 En esta época toca afrontar todas las tentaciones propias del verano, como las cenas fuera de casa, postres calóricos como los helados, una cerveza a la tardecita, entre tantas otras delicias. Pero se pueden mantener los logros con cierta información básica, y un poco de planificación y atención.

Comer fuera de casa, ya sea porque queremos un descanso o porque no hay posibilidad de cocinar en el alojamiento, es un punto importante a tener en cuenta, y la selección del paradero es fundamental.

“La clave es poder elegir cómo y cuánto comer. Si somos del tipo de personas que ‘necesita’ terminar su plato, tenemos que evitar salir frecuentemente. Es mejor elegir un hospedaje en donde podamos cocinarnos. Si, en cambio, decidimos no ocuparnos directamente de la elaboración de nuestras comidas, tenemos que ir dispuestos a pensar qué preparaciones elegir y a compartirlas en caso de que sea necesario”, recomienda el nutricionista Facundo Crescenzo (MN: 6769) a Con Bienestar.

Si la idea es consumir algo rápido para después ir a la playa, la comida rápida no tiene que ser la primera y única opción. En ese caso, es aconsejable elegir algo liviano, como una ensalada con atún, una tarta de verdura o incluso un árabe de jamón y tomate con algo de lechuga. “Por supuesto, evitemos postres, alcohol y gaseosas”, recuerda el especialista.

Si se va a cenar en el alojamiento es preferible tratar de organizarlo para que sea una comida completa y saludable. Por ejemplo, alguna carne magra, medallón vegetariano o un plato chico de pastas. “Acá sí podemos incorporar alguna gaseosa light o algún vaso de cerveza, después de todo, si nos sentimos hinchados por la noche, no representa un problema, a la mañana ya estaremos como siempre”, indica el nutricionista.

Las cenas afuera son otro cantar. Lo más fácil para vigilar la ingesta es ir a una parrilla. “Nos aseguramos de que las carnes estén cocidas de la forma más natural posible, sin agregados, siempre acompañando con ensalada o puré de calabaza”, señala el especialista.

La merienda es, quizás, una de las comidas más desafiantes. Churros, facturas, helados son sólo algunos de los antojos más frecuentes, y menos recomendables. “Resistamos las tentaciones, evitemos llamar al churrero, al barquillero, al pirulinero, o al menos no lo hagamos siempre. Tengamos una heladerita con frutas y yogures, o bien algunas tostadas de gluten o galletas de arroz para ir acomodándonos a la tarde”, considera Crescenzo.

Los permitidos existen en todos los tipos de alimentación, por lo que no está mal elegirlos cada tanto. La clave está en darnos un gusto poco habitual. Así como en Navidad los nutricionistas recomiendan probar el vitel toné o el pan dulce en lugar de otros postres que tenemos a disposición todo el año, en las vacaciones sucede lo mismo. Si vamos a algún lugar en el que nos atraen las medialunas, no nos privemos, aunque siempre con moderación.

Al igual que con la merienda, si un día para cenar queremos perder un poco el control, lo mejor es no dar mucha vuelta. Evaluar qué queremos comer y busquemos el mejor lugar para hacerlo. Lo único que hay que vigilar es el tamaño de la porción. “Quienes estén muy atentos a sus abdómenes, pueden llegar al punto de basarse en el pronóstico para darse gustos: si sabemos que mañana va a llover y vamos a estar todo el día ‘‘cubiertos”, quizá hoy sea la noche para darnos un gustito”, aconseja el nutricionista. En resumen, podemos relajarnos de este año de una forma saludable para no lamentarnos luego de todo lo que podríamos haber hecho.

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