Qué estudios de rutina ya no hay que posponer

Cuidados médicos quedaron postergados por la pandemia. Pero con el regreso a las actividades, los chequeos deben realizarse, con turnos y medidas de protección.

SALUD Julia VOSCO
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Los estudios de rutina suelen hacerse en la misma época todos los años. Pero en este 2020 tan particular, algunos se demoraron más de lo recomendable. Ahora, es tiempo de hacer una lista de los chequeos pendientes y pedir cita con el médico, para no postergarlos más.

Los especialistas advierten que haber saltado estudios puede tener serias consecuencias para la salud. Los cardiólogos estiman que en los próximos años habrá un aumento de enfermedades cardiovasculares, mientras que los oncólogos calculan que la falta de controles generará la detección de casos de cáncer en estadíos más avanzados, lo que lleva a tratamientos más complejos.

“Es un problema que vemos venir. Los controles estuvieron parados por el COVID-19 y vamos a ver los efectos de eso en los próximos años”, alertan.

Si bien las consultas a distancia fueron un comodín para la época de pandemia, los médicos afirman que con el regreso a la normalidad es preferible acercarse hasta el consultorio.

“La telemedicina puede servir como una forma de screening básico para despejar dudas, pero no reemplaza a la visita presencial, porque no hay un examen físico de por medio, una parte esencial de esa observación”, asevera a Con Bienestar el cardiólogo Carlos Correa (M.N. 90.722), de la Fundación Rossi.

La recomendación es acudir al médico clínico una vez al año, para que nos haga la orden para los análisis de sangre y orina, el examen físico y preguntas sobre nuestro estado de salud. En el caso de alguna anomalía en los resultados o algún síntoma específico, el profesional deriva al especialista indicado.

Algunas patologías requieren una visita anual al cardiólogo, como la hipertensión. También lo necesitan las personas con antecedentes de enfermedad coronaria o que padecen algún problema cardiovascular.

“Las personas con hipertensión necesitan estudios de control específicos llamados ‘del daño del órgano blanco’ para ver si se vieron afectados el corazón, el cerebro o los riñones. Además, pueden necesitar un ajuste en la medicación u otras pruebas complementarias que tienen que ver con el perfil o las características de cada paciente”, explica Correa.

Por la pandemia, hubo menos actividad física. Esto vino asociado al incremento del consumo de alcohol y una mayor ingesta de comida, que llevó a una suba de peso. Volver a ejercitarse de golpe está contraindicado, sobre todo para las personas que toman medicación o tienen antecedentes de enfermedades cardiacas.

“Más que nunca, recomendamos que se consulte a un especialista, que decidirá si encarga estudios cardiológicos, de laboratorio, pruebas de ejercicio o alguna constatación por imágenes”, remarca el cardiólogo.

En el caso de las mujeres, es importante llevar a cabo la visita ginecológica anual en la que se incluye un examen pélvico, ecografías transvaginal y mamaria, papanicolau y mamografía. “Las pruebas permiten hallar posibles tumores en estadíos iniciales. Cuanto más pronto se detectan, más posibilidades hay de sobrevida”, indica Astrid Margossian, médica cirujana mastóloga (M.N. 76.202).

“La ecografía mamaria se realiza en mujeres jóvenes sin antecedentes familiares y sirve para el screening. Si uno tuviera sospechas de cáncer de mama, es conveniente hacer una mamografía”, puntualiza Margossian.

A las mujeres, se les realiza una mamografía por año a partir de los 40. En el caso de tener antecedentes de cáncer de mama, se recomienda empezar a pedir el estudio 10 años antes de la edad que tenía la familiar más joven que presentó la enfermedad para detectarlo a tiempo.

Los ojos, grandes olvidados
La vista se vio afectada de forma particular por el incremento del teletrabajo (que en algunos casos vino para quedarse) y la mayor exposición a las pantallas. Por eso, es necesario no olvidar la visita al oftalmólogo.

“Los recién nacidos tienen que hacerse un fondo de ojo y en base a lo que se encuentre, tenemos que realizar una serie de estudios para seguir el desarrollo. En el caso de los chicos, se deben llevar a cabo los controles anuales de la vista que permiten detectar afecciones visuales como la miopía o el astigmatismo”, señala Heriberto Marotta, médico Oftalmólogo (M.N. 51.471).

Las personas de más de 60 años, con diabetes o con diagnóstico de maculopatía senil deben realizarse estudios de retina. “No son dolorosos. Se hacen anualmente en pacientes que están en observación o de forma semestral en aquellos que están bajo control de tratamiento de esas enfermedades”, sostiene el oftalmólogo.

En el control oftalmológico también se toma la presión ocular y se observa el nervio óptico para detectar un posible caso de glaucoma. “Es una enfermedad que no da síntomas y si no es tratada a tiempo, el riesgo es la pérdida paulatina e irreversible de la visión hasta la ceguera”, resalta Marotta.

“Con los estudios, tanto para el glaucoma como para la degeneración macular y la retinopatía diabética, tenemos un pantallazo del estado actual del paciente”, resume.

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