¿Cuáles son los signos para detectar ataques de pánico o ansiedad?

Un 20 por ciento de la población experimenta esa sensación al menos una vez en la vida. Hay una serie de indicios que hay que conocer.

SALUD Carola LEVI

El estrés y la ansiedad son dos de los sentimientos que más nos acompañan en tiempos turbulentos. El encierro, la incertidumbre y el contexto económico adverso debido al coronavirus pusieron en jaque a la salud mental.

Esa acumulación de estrés y acontecimientos traumáticos como una pandemia pueden provocar ataques de pánico o ansiedad. Se trata de una reacción emocional extrema de alarma sin que haya ninguna amenaza a la vista. Un episodio que experimenta el 20% de la población por lo menos una vez en la vida.

Los ataques de pánico no se pueden predecir, al menos en las primeras etapas del trastorno. A veces, es complicado distinguir sus síntomas, pero es importante hacerlo porque ayuda a identificarlos y, por ende, a superarlos.

Por lo general, los cuatro primeros síntomas son:

Palpitaciones.
Sensación de taquicardia.
Falta de aire o sensación de ahogo.
Sudoración.

Otros indicios pueden ser sofocos, aumento de temperatura, opresión o malestar torácico, entumecimiento, temblores e hiperventilación. Este último síntoma agudiza y prolonga los restantes. No todos los signos ocurren en un mismo episodio, pero con que aparezcan algunos ya se puede confirmar que se trata de un ataque de pánico.

Dos fenómenos menos habituales son la sensación de estar fuera de uno mismo, llamada de forma técnica despersonalización, y la creencia de que lo que pasa no es real (desrealización). Todo este conjunto de emociones provoca una pérdida total del control y de conocimiento, hasta el punto que uno puede llegar a temer por su vida.

“Crece rápidamente y en diez minutos alcanza su máxima intensidad para después empezar a decrecer. Son minutos de espanto y, aunque las sensaciones son diferentes para cada persona, algunas señales son inequívocas”, explicó al diario El País el catedrático de Psicología Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).

Cómo actuar
Es un estado que asusta tanto a quien lo sufre como al que lo presencia, independientemente de la edad. No obstante, ese miedo juega en contra de quien lo padece. “La alarma lo que hace es incrementar aún más la vehemencia de esos síntomas. La inquietud se produce, sobre todo, por la falta de explicación. Alguien puede haber vivido ya taquicardias practicando deporte, por ejemplo, pero si aparecen en reposo y sin ningún esfuerzo físico, la reacción inmediata es pensar que le está sucediendo algo grave”, indicó Cano.

Por eso, lo principal una vez identificamos el ataque de pánico como tal es intentar calmarnos y prestarle poca atención a los síntomas.  En el caso de estar solos, las dos recomendaciones de expertos son respirar profundo y tomar un vaso con agua de forma lenta.

Estas dos acciones obligan a la mente a centrar la atención en dos cosas ajenas a los síntomas y sobre las que sí tenemos el control.

Si somos testigos del episodio, lo clave es ayudar a calmarse a la persona que lo padece. Por eso, hay que transmitir paz, llevar adelante una conversación tranquila para distraerla y ayudarla a que por un lado se olvide de los síntomas y por el otro a que no los magnifique. Si hay más gente, es preferible no llamar la atención de las personas alrededor para que esa situación no genere más estrés.

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