Si te levantas con cansancio cada mañana, tu cuerpo está dando una señal de alerta

Marta León, especialista en nutrición y salud hormonal, recorre en «Alimentación y salud femenina» los cambios bioquímicos que experimenta la mujer desde la pubertad hasta el climaterio y todo lo que afecta a su salud hormonal

NOTICIAS DE INTERÉS Julia VOSCO

Cuando leemos o escuchamos la palabra «hormona» nos vienen a la mente imágenes relacionadas con el ciclo menstrual o incluso con la reproducción, pero lo cierto es que el mundo hormonal es muy amplio y siempre está activo. De hecho, tal como cuenta Marta León ( @foodgreenmood), especialista en nutrición y salud hormonal, en su libro «Alimentación y salud femenina» mientras lees estas líneas se están producciendo millones de reacciones químicas en el cuerpo sobre las que puedes influir con cada elección cotidiana que hagas, desde escoger un elemento, hasta sufrir las consecuencias de una época estresante. «Las hormonas nos hablan del cansancio, de las alteraciones emocionales, de las dificultades para concentrarnos... Y de otras muchas cosas que nos pueden parecer poco trascendentes y que, de alguna manera convertimos en algo cotidiano, haciendo así que el cuerpo tenga que subir el nivel de sus señales de peligro para alertarnos de algo que nos está pasando», argumenta la autora.

Una de las señales que parece haberse «normalizado» en la sociedad es el dolor menstrual. Una molestia o incomodidad pasajera no es lo mismo que sufrir un dolor incapacitante, que te impide ir a trabajar, por ejemplo, o que no te permite realizar una vida normal. Este último caso es, según revela la autora, una señal de alarma que puede estar indicando un estado inflamatorio o incluso alguna patología concreta como una endometriosis. «Hay que escuchar el cuerpo y atender a las señales que nos da para acudir a tiempo a un profesional médico», aconseja León.

Algo similar sucede con el cansancio porque si una persona está cansada porque está viviendo un periodo puntual de intensidad en el trabajo o en los estudios o porque existe alguna situación en particular que le lleve a ese agotamiento, es el contexto el que nos está dando la causa de ese cansancio. Pero si trata de un cansancio que se prolonga en el tiempo o que parece acompañarnos a todas horas hay que reflexionar sobre lo que nos podría estar pasando. La pregunta clave, según apunta la autora, es: «¿Te levantas cansada o cansado cada mañana?». Si la respuesta es «sí» lo más probable sea que a tu cuerpo no le resulte posible tener un sueño reparador y eso puede deberse a una amplia casuística, desde una anemia hasta un mal funcionamiento de la glándula tiroides pasando por algún tipo de problema intestinal o incluso alguna deficiencia en el sistema inmunitario.

El estrés, el enemigo silencioso
Algunas mujeres pueden llegar a dejar de menstruar o frenar su ciclo menstrual cuando están sometidas a mucho estrés. Y esto puede suponer un desorden hormonal importante. La explicación está, según detalla la autora de «Alimentación y salud femenina» en que en los momentos de mucho estrés las glándulas suprarrenales producen adrenalina y cortisol y esa gran actividad en el eje adrenal puede llevar a inhibir el eje gonadal (eje sexual). «Esto significa que el cuerpo, ante ese tipo de situaciones estresantes, decide poner como prioridad la supervivencia en lugar de la reproducción y frenar así la actividad de las hormonas que se producen en la hipófisis que activan la ovulación», detalla.

En casos extremos, por tanto, podría darse ese freno del ciclo menstrual (desaparece la regla), pero lo que también es importante entender, según aclara la experta, que en realidad el cuerpo no distingue ni de dónde ni por qué viene ese estrés, por lo que ese efecto puede vivirlo tanto una mujer que esté opositando y se acerquen los exámenes, como una que ha sufrido una pérdida familiar o incluso alguien para quien su trabajo resulte agobiante.

La alimentación, eje central de la salud hormonal
A lo largo de la obra la autora recorre la naturaleza femenina desde la pubertad hasta el climaterio, pasando por los cambios bioquímicos que experimenta la mujer a lo largo de las distintas etapas hormonales de su vida y cuáles son las circunstancias que pueden afectar a la salud hormonal. Pero además incide especialmente en la alimentación pues considera que es una herramienta poderosa para el «autocuidado femenino», teniendo presente, eso sí, que es la nutrición es una carrera de fondo, no de velocidad y que los cambios profundos han de cocinarse «a fuego lento».

Los alimentos son, según describe León, la materia prima o el combustible que aportamos al cuerpo para que funcione correctamente, por lo que lo ideal es aportarle «gasolina» de buena calidad. Un combustible de buena calidad en los momentos de cansancio pueden ser los alimentos que contengan hidratos de carbono complejos de absorción lenta, como los cereales integrales y de grano. Así, en un desayuno perfecto la especialista en alimentación incluiría copos de avena que no solo aporta ese combustible para el cerebro de absorción lenta, sino que además aporta serenidad, que eso también es importante para gestionar la energía.

También el pescado, rico en ácidos grasos omega 3, aporta energía saludable, tiene cualidades anti inflamatorias y es un aliado para la saluda hormonal femenina y el sistema neurológico.

En el otro lado de la balanza estarían los alimentos que roban la energía como es el caso de los productos ultraprocesados (chocolatinas, bollería, snacks, galletas...) pues aunque aparentemente supongan una especie de «chute» rápido, en realidad ese aporte de azúcares simples, harinas refinadas y grasas saturas tienen un efecto pro-inflamatorio poco saludable. Y lo mismo sucede, a su juicio, con el exceso de café: «Si abusamos de esta bebida y la utilizamos como remedio frente al cansancio podemos provocar el efecto contrario pues un exceso de cafeína puede activar demasiado las glándulas suprarrenales, que son la encargadas de gestionar el estrés». Los frutos secos naturales, la piezas de fruta o creaciones culinarias con semillas pueden ser alternativas saludables en momentos de agotamiento.

Pero además de la alimentación, la experta invita a tener en cuenta otros hábitos saludables que contribuyen a mejorar la salud hormonal, como la práctica de ejercicio, la correcta hidratación y la gestión del estrés a través de técnicas como la meditación y el contacto con la naturaleza.

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