Qué dieta es buena para los riñones

Hay que consumir menos sal, limitar las carnes y tomar ocho vasos de agua por día.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Julia VOSCO
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Cuando los riñones se enferman, van perdiendo sus funciones. Los desechos y los líquidos empiezan a acumularse en el cuerpo. El mecanismo natural se complica. Pero si esto se detecta a tiempo, el daño de la función renal puede retrasarse o detenerse. Llevar una alimentación sana, variada y equilibrada puede ser de enorme ayuda.

“Hay que evitar el consumo excesivo de alimentos proteicos: una alimentación muy alta en proteínas de manera sostenida puede ser dañina, por eso es importante limitar el consumo de carnes rojas y blancas. Con una porción mediana al día suele cubrirse esta recomendación. Tampoco se aconseja el consumo de suplementos proteicos si no se hace bajo supervisión profesional”, explica a Con Bienestar la nutricionista María Cecilia Martinelli (M.N. 3.447), especializada en obesidad y diabetes.

Si la enfermedad renal no se detecta a tiempo, aumenta el riesgo de insuficiencia renal y de necesitar de diálisis para sobrevivir. Si bien no hay cura para la enfermedad renal crónica, puede ser tratada. Los análisis de sangre y orina permiten comprobar si hay enfermedad renal, ya que en etapas tempranas, no produce síntomas.

“Otro consejo es controlar el consumo de sal y alimentos ricos en sodio. En la Argentina, consumimos el doble de la recomendación y gran parte de este sodio se incorpora por medio de los alimentos procesados y ultraprocesados. Dentro de los alimentos ricos en sodio se encuentran los enlatados, los fiambres, los panificados, los embutidos, quesos duros, sopas, salsas y aderezos”, detalla Martinelli.

En reemplazo de la sal, la nutricionista propone utilizar otro tipo de especias para resaltar el sabor de los alimentos como pimienta, ají molido, orégano y cilantro. La hidratación es otro punto clave: se recomienda consumir al menos 8 vasos de agua al día.

Cómo cuidar a los riñones:
Mantener un peso saludable. “Tener sobrepeso es un factor de riesgo para muchas patologías cardiometabólicas que pueden afectar directa o indirectamente a los riñones”, asegura.
Practicar actividad física.
Dejar de fumar.
Evitar el consumo innecesario de medicamentos, “muchos fármacos de uso frecuente y de venta libre pueden dañar la función renal si son consumidos en exceso”, advierte.
Controlar otras enfermedades de base como la hipertensión arterial y la diabetes.
Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.

La dieta renal
“Una propuesta alimentaria nefroprotectora puede ser la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) que consiste en recomendaciones indicadas por la Asociación Americana del Corazón (AHA)”, plantea la nutricionista sobre este plan que tiene como objetivo disminuir la tensión arterial y la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Esta alimentación se caracteriza por ser rica en fibra, potasio, magnesio, antioxidantes, calcio y baja en sodio, grasas saturadas y grasas trans, que son más perjudiciales.

“Está compuesta por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, granos integrales y lácteos descremados. También limitan el consumo de sodio, carnes rojas y productos procesados ricos en azúcares, sal y harinas refinadas”, expone.

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