¿Bacterias del intestino saben enfrentarse al coronavirus?

Investigan mecanismos inmunológicos por los cuales estos microorganismos podrían proteger al cuerpo y reducir la gravedad de los síntomas.

SALUD Julia VOSCO
Intestino-blog

Un grupo de científicos españoles comenzó un proyecto de investigación para determinar si la microbiota intestinal está relacionada o no con la incidencia, la evolución y la severidad del coronavirus en cada paciente

Los investigadores quieren averiguar, también, cuáles son y cómo funcionan los mecanismos inmunológicos por los que la flora o microbiota intestinal podría proteger al cuerpo del virus y reducir así la gravedad de los síntomas.

Yolanda Sanz Herranz, investigadora en microbiología molecular y líder del proyecto, cuenta que esta hipótesis, aún no comprobada clínicamente, se basa en una verdad conocida por la ciencia desde hace tiempo: las bacterias que viven en el intestino de los seres humanos regulan el funcionamiento del sistema inmunitario en todo el organismo e influyen en el tratamiento de infecciones respiratorias.

Sanz afirma que en otras enfermedades, como la influenza, se demostró que esas bacterias pueden aumentar o reducir la susceptibilidad de los pacientes. “También hay datos que indican que la microbiota puede mejorar la respuesta a las vacunas, como pasa por ejemplo con la gripe estacional”, dice Sanz. Y añade: “Por eso pensamos que la microbiota también podría atribuirle una mayor o menor protección a las personas que se contagiaron del SARS-CoV-2”.

Para comenzar el proyecto, del que se esperan conclusiones definitivas a finales de este año, Sanz y su equipo también tuvieron en cuenta el resultado de un estudio preliminar publicado en Alemania, realizado solo en 15 adultos, en el que se observó que los pacientes con coronavirus sufrieron una alteración significativa en la composición normal de la microbiota intestinal.

Otro factor clave para insistir en esta hipótesis, dice la investigadora, es que se comprobó que el coronavirus se puede detectar en las heces de los pacientes y que su receptor ACE-2 también se expresa en las células del intestino y del colon. “Aunque estos datos no demuestran una relación directa entre la microbiota y la infección del COVID-19, si nos permiten establecer una hipótesis y comenzar a investigar”, concluye la científica.

El estudio, financiado por la Plataforma Salud Global del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, incluye pacientes que ya pasaron la enfermedad, con el fin de analizar si sus bacterias intestinales tuvieron relación con la severidad de la infección, con el ingreso hospitalario, con la gravedad de los síntomas y con la producción de anticuerpos; también participan individuos que no tuvieron el virus para estudiar el comportamiento de sus bacterias intestinales en condiciones sanas.

Se hará, además, un seguimiento de los casos que aún son positivos para ver si el infectado sufre una alteración significativa en su microbiota. Sanz explica que están realizando las pruebas en población general y en personas con cáncer porque “estas son más vulnerables a la infección y tienen un peor pronóstico”, dice la investigadora.

Si se confirma la relación entre el coronavirus y la microbiota, determinada por el genoma de cada individuo y por factores externos como la dieta, se podrá hacer una mejor caracterización de los pacientes para saber cuáles son los de más riesgo. “Lo que proponemos es que los marcadores de las bacterias intestinales también se incluyan en el diagnóstico de los pacientes con el fin de ayudar a mejorar las predicciones clínicas”, dice Sanz.

La investigación también podrá determinar qué bacterias específicas, de las más de mil especies que hay en el intestino, están estrechamente relacionadas con una menor o mayor susceptibilidad a la infección, con el fin de potenciar la presencia de las bacterias beneficiosas a través de la dieta o administrándolas de forma artificial, en cápsulas o medicamentos. “Tenemos que averiguar qué componentes de la microbiota pueden conceder mayor protección frente al coronavirus para ayudar a mejorar los síntomas de los pacientes y reducir la mortalidad. Ese es nuestro objetivo final”, concluye Sanz.

Otras investigaciones
Un estudio publicado en la revista medRxiv, dirigido por el científico Wanglong Gou, de la Universidad Westlake (China), reveló que el análisis de la microbiota intestinal podría predecir con precisión los biomarcadores de un grupo de personas enfermas y que estas características de las bacterias estarían altamente correlacionadas con las proteínas celulares que causan la inflamación en pacientes con coronavirus.

“El análisis fecal sugirió posibles relaciones que vinculan la microbiota intestinal con la inflamación”, dicen los investigadores. Y concluyen: “Este estudio sugiere que las bacterias del intestino pueden ser la base de la predisposición de las personas normales al coronavirus con síntomas graves”.

Otra investigación, publicada en Science Direct, y liderada por los científicos Debojyoti Dhar y Abhishek Mohant del Centro de investigaciones del Cáncer de Nueva Delhi, confirma la presencia de ARN del coronavirus en las heces de algunos pacientes y sugiere que la diarrea presentada en otros enfermos muestra un “vínculo sutil entre el pulmón y el intestino”.

Según los investigadores, la diversidad de la microbiota intestinal y la presencia de microorganismos beneficiosos en el intestino pueden desempeñar un papel importante en la determinación del curso del coronavirus.

“Los pacientes de edad avanzada, inmunodeprimidos y los pacientes con otras comorbilidades como la diabetes tipo 2 o con trastornos cardiovasculares no obtienen buenos resultados en la lucha contra el COVID-19. Es interesante observar que un desequilibrio general de la microbiota intestinal llamado ‘disbiosis’ está implicado en estos pacientes y en los ancianos”, se lee en el trabajo.

Un estudio realizado en alianza entre investigadores de la Universidad de los Andes en Colombia y la Universidad de Mérida en Venezuela, y publicado en la revista Observador del Conocimiento, coincide con las demás hipótesis. En él se afirma que el consumo de los probióticos, microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino, puede implicar la respuesta del sistema inmune para combatir el coronavirus.

“El tracto digestivo es un punto focal de las defensas del cuerpo. Existen relaciones entre los microbiomas de las vías respiratorias y gastrointestinales, y con el consumo de probióticos se modula el sistema inmunológico al restablecer el balance gastrointestinal, lo cual implica la respuesta del sistema inmune para combatir la enfermedad”, afirma los investigadores.

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