Qué propone la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos que aprobó el Senado y cómo funcionó en otros países

Implica la colocación de sellos en los envases de productos para informar sobre su calidad nutricional. En los lugares donde se aplicó una regulación hubo cambios en las conductas de consumo.

NUTRICIÓN Julia VOSCO
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El Senado dio media sanción este jueves al proyecto de ley de Etiquetado Frontal de Alimentos que establece la colocación de una serie de sellos en la parte delantera de los envases de productos con altos contenidos de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías. Se trata de una política recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que obtuvo resultados exitosos en otros países. Desde el Ministerio de Salud destacan que podría contribuir a mejorar los índices de sobrepeso y obesidad en la Argentina.

La Cámara alta aprobó y giró a la Cámara de Diputados el proyecto que unificó más de 13 propuestas de senadores de todas las bancadas. Fue aprobado con 64 votos a favor y tres en contra, de las senadoras tucumanas Beatriz Mirkin y Silvia Elías de Pérez, y de la riojana Clara Vega.

En el país, según datos del Indec y de la Secretaría de Salud de la Nación del 2019, seis de cada 10 personas presentan sobrepeso y obesidad. La 4° Encuesta de Factores de Riesgo puso de manifiesto que se incrementó en un 74% la prevalencia de estas enfermedades, por lo que el 61,6% de los argentinos tienen exceso de peso (25,4% son personas con obesidad y 36,2%, con sobrepeso).

Un informe realizado por la Subsecretaría de Comercio Interior, la Secretaría de Agroindustria y el Ministerio de Producción y Trabajo explica que el rotulado de alimentos es “toda inscripción, leyenda, imagen o toda materia descriptiva o gráfica que se haya escrito, impreso, estarcido, marcado, marcado en relieve o huecograbado o adherido al envase”.

El objetivo de esas inscripciones es brindar información de los alimentos, la forma de preparación, manipulación y conservación, el contenido y las propiedades nutricionales de los mismos. Por eso, el sistema de etiquetado frontal apunta a que las personas puedan tomar decisiones de consumo basadas en las necesidades nutricionales.

El rotulado nutricional frontal es una de las políticas sanitarias recomendadas por la OMS para motivar a la población a mejorar la calidad nutricional de los alimentos que consumen. La evidencia científica generada a nivel nacional e internacional demostró que el sistema de advertencias presenta ventajas sobre el resto de los desarrollados hasta el momento.

Está reconocido que la ingesta elevada de determinados nutrientes, sumada a hábitos alimenticios inadecuados, falta de actividad física, sedentarismo y otros factores, aumenta el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares, entre otras”, señala el informe del Gobierno.

Según una investigación realizada por la Fundación Interamericana del Corazón Argentina y Unicef entre el 2007 y el 2012, el sobrepeso en adolescentes aumentó de 17,9% a 27,8%. El 13,6% de los niños menores de cinco años tiene exceso de peso y, en la franja etaria de cinco a 17 años, ese porcentaje alcanza al 41,10%.

En este sentido, quienes impulsan la ley de Etiquetado Frontal de Alimentos sostienen que la implementación del rotulado al frente de los envases podría motivar a la industria de alimentos a mejorar la calidad de los mismos. "Impulsaría mejoras en el perfil de nutrientes de los productos haciendo que, al satisfacer las nuevas tendencias de consumo, su reformulación y diferenciación los tornen cada vez más competitivos”, sostiene el informe del Gobierno.

Cómo se verían los envases con la Ley de Etiquetado Frontal
El 28 de agosto, el ministro de Salud, Ginés González García, mantuvo una videoconferencia con el titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Daniel Funes de Rioja, en la cual presentó el consenso entre su cartera y la de Desarrollo Productivo y Agricultura sobre etiquetado frontal de alimentos que la Argentina llevará a la próxima reunión de Mercosur y a la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL).

Aunque inicialmente hubo más de 13 iniciativas del oficialismo y de la oposición en cuanto al sistema más apropiado a adoptar, se consensuó que los alimentos y bebidas deben llevar en la cara principal del envase un “sello de advertencia”, como el sistema chileno, para informar al consumidor del agregado de sodio, azúcares o grasas en “contenido crítico”.

De esta forma, una vez aprobada la ley, los envases deberían tener en el frente íconos que adviertan sobre contenido de energía, grasas saturadas, azúcares totales, y sodio de la porción del producto. Cada alimento puede contar con hasta cuatro etiquetas.

La experiencia en otros países
A nivel mundial, la mayor experiencia sobre etiquetado frontal se acumula en los Estados Unidos y Europa, particularmente en Inglaterra. En América del Sur, la aplicación de estas herramientas se destaca en Ecuador, Chile, México y Uruguay.

En Chile, donde la ley entró en vigencia en 2016, los cambios se hicieron en forma gradual por etapas. Así, por ejemplo, en los alimentos sólidos las industrias tuvieron que disminuir en un 55,5% los gramos de azúcar entre la primera y la tercera fase y en un 50% el sodio de los alimentos.

La subsecretaria de Salud Pública Paula Daza destacó el aporte que significó la normativa, ya que “un 92,9% de las personas conoce los sellos y un 48% los compara para comprar los productos más saludables”. “Logró modificar ciertas conductas en el consumo de alimentos”, afirmó.

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