¿Vulva o vagina? La distinción ayuda a conectarse con el placer

Las ventajas de conocer la propia anatomía y nombrarla correctamente.

SEXUALIDAD Carola LEVI
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Los incontables eufemismos y los interminables rodeos a los que recurrimos para nombrar a los genitales femeninos hicieron que la confusión a la hora de definir qué es la vulva y qué es la vagina llegara a nuestros días. No llamar a las cosas por su nombre, ya sea por tabú o por censura, claramente afectó el conocimiento.

“Nuestra cultura se encargó de confundir vagina con vulva. Cuando nos referimos a los genitales de la mujer, por lo general pensamos en la vagina. Incluso a las nenas, cuando les hablamos de sus genitales, aunque nos estemos refiriendo a lo que ocurre por fuera -que es la vulva- les hablamos de vagina. Esto no es casual, ni ingenuo”, explica a Con Bienestar la doctora Liliana Burgariotti (M.N. 65.138), sexóloga clínica y educadora en sexualidad.

La especialista detalla que a lo largo de los siglos, la genitalidad femenina ligada a la fuente de placer estuvo invisibilizada.

“Lo que se habilitaba de la sexualidad femenina era la vagina. A lo largo de la historia, se les enseñó a las mujeres que la vagina es el órgano receptor del pene. Son creencias que apuntaban a la posibilidad de la procreación. El foco no era el placer femenino sino dar lugar al rol materno. De hecho, cuando se habla de los genitales femeninos se habla de aparato reproductor, cuando en realidad son genitales femeninos externos o internos. ”, señala la sexóloga.

En términos generales, aún hay un gran desconocimiento de los genitales femeninos tanto anatómica como eróticamente, y por parte tanto de hombres como de mujeres.

Un enredo que llega hasta hoy
La confusión entre los términos “vulva” y “vagina” es una constante que se ve incluso en series que se jactan de difundir un abordaje riguroso de la sexualidad.

En una de los capítulos de la primera temporada de Sex Education, la popular serie británica, empieza a circular por el instituto la foto de una alumna desnuda. Para apoyar a esta víctima de sexting, un grupo de chicas se organiza al grito de “es mi vagina”. La escena, que es una gran muestra de solidaridad, habría sido más correcta si decían “es mi vulva”, porque es la parte visible en ese tipo de imágenes.

Las cosas por su nombre
“La vulva corresponde a los genitales externos y la vagina a los genitales internos. La vulva es lo que se ve de la genitalidad femenina, que comprende los labios mayores y los labios menores. Hoy, tratamos de decir labios externos y labios internos porque hay casos donde los labios menores son mucho más grandes y algunas mujeres tienen incomodidad al creer que tienen una anatomía diferente”, aclara Burgariotti.

El clítoris está en la vulva y es la zona más sensible de la mujer. Su estímulo facilita la llegada al orgasmo mucho más que los estímulos de la vagina.

Hay mujeres que nunca miraron su vulva. Y muchos hombres, centrados en el coito, apenas se detuvieron a mirar y explorar. Tanto no conocer la propia anatomía como no nombrarla correctamente puede limitar el placer.

“Es fundamental que las mujeres sepamos esto. Tenemos que investigarnos, explorarnos y gozarnos. Hay que agarrar un espejo y ver cómo son nuestros genitales”, sugiere la educadora sexual.

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