Donar médula ósea, una acción solidaria y altruista que salva vidas

Con una muestra de sangre, una persona puede saber si es apta para la donación. Los datos genéticos se suben a una red mundial hasta que aparece un paciente compatible para el trasplante.

SALUD Carola LEVI
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Inscribirse en el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de Células Progenitoras Hematopoyéticas de médula ósea es un acto solidario, voluntario y altruista. Consta de una acción vital que le brinda una oportunidad a aquellos pacientes que no tienen donantes compatibles en sus propias familias.

El Registro, creado en 2003, funciona en el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación y Trasplante (INCUCAI). La coordinación permite que se incremente la cifra de argentinos que se suman a la Red Mundial de donantes voluntarios.

“En la Argentina, se hacen aproximadamente entre 1.000 y 1.200 trasplantes por año. En términos generales, el 30 por ciento de los casos se realiza en chicos y el 70 por ciento, en adultos”, expresa a Con Bienestar el doctor Guillermo Drelichman (M.N. 56.803), jefe de Hematología y de la Unidad de Trasplante de Medula Ósea del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

La donación de médula ósea se rige por el principio de solidaridad internacional. Toda persona inscripta en el Registro Nacional está dispuesta a donar CPH a cualquier individuo del mundo que lo necesite. Este registro forma parte de la Red Internacional Bone Marrow Donors Worldwide (Donantes de Médula Ósea en Todo el Mundo), que agrupa a entidades similares de más de 63 países. En la actualidad, cuenta con más de 32 millones de personas anotadas.

El proceso
Se dona sangre sin necesidad de estar en ayunas. Primero, se toma una muestra y se la analiza. La prueba de histocompatibilidad (HLA) evalúa el código genético de las células del voluntario. Después, se ingresa la información en el registro y se aguarda la compatibilidad con un paciente que requiera el trasplante.

“Generalmente, el donante se consigue en un 50 por ciento de los casos. Ahí, te van a llamar y te preguntarán si querés completar la donación”, explica el especialista.

En el caso de que sea positiva la respuesta del voluntario, se lo invita al procedimiento médico: “Si efectivamente dona médula ósea, tiene que ir a quirófano, siendo éste un procedimiento seguro. En el área de la cola se encuentra la cresta iliaca, un hueso fácilmente accesible. De ahí, se extrae la cantidad de médula que necesita el receptor”, agrega Drelichman.

Otra de las alternativas consta del sistema de sangre periférica, similar a la clásica donación de sangre. Generalmente, una persona dona médula sólo una vez en su vida.

Tipos de trasplantes
De acuerdo con la situación específica de cada paciente y considerando la enfermedad que afecta su salud, existen diferentes procedimientos viables para realizar dicho trasplante.

“Está el trasplante autólogo o autotrasplante donde la médula se la da el mismo paciente, es propia. Eso sirve para algunos casos específicos. Esta posibilidad es más frecuente en adultos que en pediatría”, cuenta el hematólogo.

Después, están los del tipo alogénico. Estos pueden ser trasplantes relacionados cuando se realiza el procedimiento con un hermano compatible.

También existen los trasplantes no relacionados: “Acá, no intervienen hermanos ni padres sino alguien en el mundo que pueda ser igual a nivel celular. El nivel de histocompatibilidad tiene que ser máximo”.

Desde la creación del Registro Nacional de Donantes, el sistema de salud garantiza que todo paciente con indicación de trasplante con donante no relacionado pueda ser tratado sin necesidad de viajar al exterior, dicen sus impulsores.

El cuarto y último se denomina haploidéntico. Lo donan padres o hermanos y existe sólo un 50 por ciento de compatibilidad. “Sucede, específicamente, cuando no podés esperar al trasplante no relacionado porque suele tardar varios meses en llegar la médula. También, porque el paciente no encuentre un donante histocompatible. Este es el caso más complejo de todos”, dice el especialista.

Requisitos para ser donante
Para integrar el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de CPH, las personas deben tener entre 18 y 55 años, y gozar de buena salud. Además, tener un peso mínimo de 50 kilos y una historia clínica en la que no haya antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas o infectocontagiosas.

En la Argentina, una campaña impulsada por varias celebridades busca crear difusión y generar conciencia sobre la donación voluntaria de médula ósea. El fin: desmitificar que se trata de un procedimiento traumático y doloroso.

Se calcula que el 75 por ciento de los pacientes que requieren tratamiento en su sangre deben recurrir a un donante sano, voluntario y no emparentado, para lo cual es fundamental la donación altruista.

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