Vacunas contra el coronavirus: reclaman que haya equidad de acceso apenas estén listas

La organización Médicos Sin Fronteras alerta sobre "posturas nacionalistas" de los países que las desarrollan y pide "cooperación internacional" para garantizar la distribución.

SALUD Redacción Redacción
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La solución para terminar con la pandemia de COVID-19 parece ser encontrar la vacuna que pueda inmunizar a toda la población mundial. Ya existen seis vacunas en fase "muy avanzada", según la OMS, pero ¿cómo será la distribución del antídoto?

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) expresó su preocupación por "la prevalencia de actitudes nacionalistas, la falta de transparencia de las corporaciones farmacéuticas y la pobre cooperación internacional para garantizar un acceso equitativo a la vacuna" contra el coronavirus.

Felipe Carvalho, coordinador de la Campaña de Acceso para América Latina de esa ONG, trazó un panorama de la situación. Señaló que toda la capacidad inicial de producción de la vacuna de Pfizer "ya está reservada para abastecer únicamente a los Estados Unidos".

Y que de la vacuna de Oxford y de la farmacéutica AstraZeneca, "ya hay cantidades reservadas para el Reino Unido y los Estados Unidos", y un restante de la producción a distribuir entre 90 países.

En cuanto a la vacuna rusa, el ministro de Salud del Kremlin informó que planean una vacunación masiva para sus habitantes en octubre.

Todas esas preparaciones están siendo desarrolladas con apoyo económico gubernamental. Por este motivo, es que el equipo médico de Médicos sin Fronteras indica que es "necesario" que las donaciones de los gobiernos vayan acompañadas de "mecanismos de control y transparencia" para la fabricación, venta y distribución futura.

"La ciudadanía debe saber cuánto cuesta en realidad la investigación y la producción de las vacunas para poder fijar un precio razonable. Esto debe hacerse desde ahora", advierte la organización, y recuerda los antecedentes de las vacunas de neumococo y del Ébola, que recibieron donaciones sin ese control y luego fue "imposible bajar los precios".

Josefina Matorell, directora de Medicos sin Fronteras para América del Sur, señaló que "en tanto los derechos de propiedad intelectual de las vacunas para el COVID-19 pertenezcan a corporaciones farmacéuticas, seguirán siendo vacunas patentadas en vez de ser un bien global".

"Las empresas farmacéuticas por sí solas no deberían decidir quién tiene acceso a las dosis, que fueron en parte financiadas por fondos públicos", remarca.

Como ningún laboratorio tiene la capacidad para producir los millones de dosis necesarios para responder a esta pandemia, la organización de médicos pide que se licencien con patentes abiertas, para que todos los laboratorios con capacidad puedan fabricar las potenciales vacunas una vez que se prueben su seguridad y eficacia.

A los integrantes del equipo humanitario les preocupa que se priorice un "nacionalismo en contra de un consenso multilateral" con criterios de priorización que tengan en cuenta la situación epidemiológica de cada país y la cantidad de población vulnerable.

 

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