Coronavirus: evalúan si una droga contra la leucemia ayuda a tratar el COVID-19

Actuaría cuando empieza la "tormenta de citoquinas", es decir antes de los daños graves que causa el virus. Un ensayo clínico internacional trata de comprobarlo.

SALUD Ana COHEN
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Un medicamento que se usa para tratar la leucemia fue probado en los Estados Unidos para controlar la reacción inflamatoria descontrolada que se presenta en los casos críticos de COVID-19

Los médicos advirtieron este supuesto camino cuando una mujer con coronavirus fue ingresada en el hospital Walter Reed de Maryland. Tenía una insuficiencia respiratoria muy grave y se negaba a ser intubada.

"Los niveles de proteínas inflamatorias en su sangre estaban fuera de control, lo que indicaba que estaba experimentando una tormenta de citoquinas (sustancias que se lanzan en una campaña arrasadora por el torrente sanguíneo)", explica Josep Baselga coautor del trabajo publicado en la revista "Science Immunology".

La proteína BTK (por las iniciales en inglés de tirosina quinasa de Bruton) es clave en este tipo de reacción inflamatoria que puede llevar a la muerte. Los médicos se propusieron bloquearla con un fármaco especialmente diseñado para bloquear la BTK y aprobado para el tratamiento de algunos tipos de cáncer como la leucemia. La paciente mejoró rápidamente. La tormenta de citoquinas retrocedió y la capacidad respiratoria aumentó.

Actualmente, se está llevando a cabo un ensayo clínico internacional controlado para confirmar la seguridad y eficacia del acalabrutinib, que es un fármaco inhibidor de la BTK . El objetivo es evaluarlo como estrategia terapéutica contra el COVID-19, según los autores.

Hasta el momento fueron tratadas con este fármaco 19 personas con coronavirus. Todas ellas estaban con ventilación mecánica y tenían niveles altos de proteínas inflamatorias, como la BTK.

Once de los pacientes recibían oxígeno por medio de una máscara. Los otros ocho, más graves, estaban intubados. Fueron tratados en cinco hospitales de Estados Unidos entre el 20 de marzo y el 23 de abril.

Al final del tratamiento, ocho de los once pacientes con oxígeno lograron respirar por ellos mismos, y cuatro de los ocho pacientes con ventilación fueron extubados, con dos de los ocho respirando solos. La primera paciente, la que se había negado a ser intubada, es una de las que evolucionó.

Para Baselga, estos datos plantean que el momento ideal para administrar el tratamiento es cuando empieza la tormenta de citoquinas, antes de que se hayan producido daños muy graves.

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