No consultar a tiempo por nódulos, llagas o forúnculos puede ser peligroso

La Sociedad Argentina de Dermatología advierte sobre la importancia de continuar los tratamientos para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Cuidado con la hidradenitis supurativa.

SALUD Julia VOSCO
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La cuarentena por la pandemia de COVID-19 genera que menos personas visiten a los médicos. Y esto preocupa a los profesionales de todas las especialidades. Ahora, alzó la voz la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), con especial foco en la hidradenitis supurativa (HS), una enfermedad crónica que sin tratamiento aumenta en peligrosidad.

Las consultas en dermatología clínica, tanto de pacientes en etapa de diagnóstico como ya diagnosticados, disminuyeron en un 85 por ciento, alerta el doctor Alberto Lavieri. Con una baja en la asistencia a los centros médicos y consultorios, se registran menos controles y, como consecuencia, menos seguimientos en tratamientos que lo requieren.

"En el caso de la hidradenitis supurativa, que es una enfermedad inmunológica, crónica e inflamatoria, el abandono terapéutico libera los mecanismos que ocasionan la enfermedad y eso impacta notablemente en la calidad de vida del paciente", asegura el especialista.

Esto genera un "retroceso indeseado" y en algunos casos "aumento de brotes (lesiones dolorosas), pérdida de la eficacia terapéutica y complicaciones que podrían requerir internación", explica Lavieri, coordinador del grupo de enfermedades autoinflamatorias e hidradenitis supurativa de la SAD.

La HS es considerada la enfermedad dermatológica con mayor impacto en la calidad de vida de los pacientes, comparable con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, enfermedad cardiovascular y diferentes tipos de cáncer.

Suele manifestarse luego de la pubertad a través de lesiones dolorosas e incómodas tales como nódulos inflamados, llagas o forúnculos en áreas donde crece el vello -ingle, axilas y/o entre los glúteos- o donde una parte de la piel se roza con otra, como entre los muslos o bajo los senos en las mujeres.

El dolor, el olor y la supuración son algunas de las principales características de la enfermedad que pueden causar vergüenza en el paciente, retrasando hasta diez años el diagnóstico correcto.

Si bien un porcentaje de las personas con esta afección suelen sentirse incómodas al hablar de sus síntomas o solicitar ayuda al dermatólogo, es fundamental poder romper esa barrera para solicitar un diagnóstico y tratamiento tempranos, ya que los pacientes pueden desarrollar complicaciones significativas.

La importancia del tratamiento
Cuando el diagnóstico se realizó con la aparición de las primeras manifestaciones de la enfermedad -en los casos más afortunados, según Lavieri-, se evitaron la progresión y las complicaciones. Como consecuencia de un tratamiento médico adecuado, disminuyó la necesidad de cirugías y los pacientes alcanzaron una buena calidad de vida.

“Esta enfermedad crónica requiere tratamiento casi permanente y su adherencia demanda una profunda concientización para no abandonar”, agregó el doctor.

Aunque no existe cura para la hidradenitis supurativa, existen diferentes formas de tratarla. Entre las más utilizados -desarrolla el especialista- se encuentran los inmunomoduladores biológicos, que no generan un riesgo mayor en la posibilidad de contagio por COVID-19, punto importante a remarcar, y debe ser abordado por el profesional a cargo para llevar tranquilidad, apaciguar temores y dar las indicaciones de cuidado necesarias en cada caso en particular.

Para el coordinador de la SAD, entre las salidas imprescindibles, deben realizarse las visitas pertinentes para el control de la enfermedad, ya que, si bien la telemedicina es una herramienta de gran ayuda, "se debe considerar que determinadas situaciones requieren manipulación y palpación de lesiones para evaluar". Algo que se deberá consensuar entre el médico y el paciente.

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