Infancia y pandemia: los chicos necesitan intercambiar miradas y jugar con otros

Los chicos necesitan caminar, pasar tiempo con sus pares, divertirse y hacer amigos. Es la forma de potenciar el desarrollo infantil.

SER PADRES Redacción Redacción
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Están aislados, cuando necesitan interactuar. Toman clases por computadora, cuando necesitan compartir recreos en el patio de la escuela. Están quietos, cuando necesitan moverse y descargar energía. Ahora, podrán apenas asomarse a la calle, con las incertidumbres que eso implica. Los chicos necesitan jugar con otros chicos y apenas pueden verlos en pantallas de celular. Es hora de atender esa cuestión.

A los chicos, además, se les atribuyó una “etiqueta”, la de ser “posibles transmisores no sintomáticos del COVID-19”. Y así se transformaron en la población con más tiempo de encierro.

Frente a esta realidad y considerando la salud mental de esta franja etaria, se determinó que este fin de semana puedan realizar una salida recreativa al día, durante una hora y acompañados de uno de sus papás.

Pensamos mucho en ellos, en cómo ayudarlos con las actividades y con la escuela, y en cómo anticipar desbordes y angustias favoreciendo un estado de ánimo estable. Hoy, queremos dimensionar la importancia de que los nenes tengan un tiempo de recreación. Que salgan a ver los árboles, las mascotas y a otras personas. Que sientan y vean cómo el otoño tiñe de marrón y amarillo lo verde.

Y hay algo tan importante como eso, incluso más necesario que debemos subrayar. Algo que aún no fue considerado en su plenitud en los debates sobre la infancia. Lo fundamental para la salud mental de los chicos: estar con sus pares.

El desarrollo emocional y subjetivo se da enlazado al vínculo con los otros nenes: el otro chico le ofrece un “espejo”, una mirada a la misma altura. Un interés similar en creatividad y potencia. El hecho de estar con otros nenes constituye un fragmento crucial de la subjetividad.

Si bien el adulto puede jugar con su hijo, eso es circunstancial. Pasajero. Es necesario, pero dura poco.

Cuando dos chicos juegan, no importa el tiempo, se alivian las tensiones. Ellos comparten una dinámica lúdica de un modo único. Y en ese intercambio, ambos potencian su desarrollo.

Un Indicador clínico de patología en la infancia es cuando el chico no presenta la iniciativa de acercarse a sus pares. Si un nene no anhela jugar con otro, se enciende una alarma.

El efecto del aislamiento entre los chicos puede generar obstáculos en su sano desarrollo y en sus modos de vincularse. Esta es una cuota pendiente a resolver si queremos nenes sanos y vitales. El mundo de los chicos es el juego, y su potencia se encuentra entrelazada a poder vincularse con sus pares.

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