Sebastián y su lucha contra el cáncer: necesita un equipo médico que quiera operarlo

Tiene un tumor avanzado en el maxilar derecho de su cara y necesita que se lo quiten.

NOTICIAS DE INTERÉS Julia VOSCO
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Sebastián Alejandro Amurin D´Amico es un joven de 23 años que vive en el barrio Las Catonas, Moreno, provincia de Buenos Aires, junto a su mamá, hermano y varias mascotas. Trabaja en el Centro de Monitoreo de Cámaras de Seguridad del municipio, es animador de boliches, disc-jockey y quiere ser médico cirujano.

A los 18 años, le detectaron un pequeño bulto en el maxilar derecho del rostro. Con el tiempo, esa protuberancia fue creciendo. Uno de los partes médicos informó que se trataba de una malformación de células musculares.

El primer centro donde atendieron su caso fue el Hospital Ramos Mejía, en el Servicio de Maxilofacial. En diciembre de 2014, le realizaron una microcirugía para hacer una biopsia y el 15 de enero del siguiente año, le dieron el diagnóstico: Sarcoma embrionario de mejilla derecha. Al poco tiempo, fue derivado al servicio de oncología.

“Necesito un equipo quirúrgico y un establecimiento médico que se animen a realizarme una cirugía de alta complejidad, porque hay muchas partes comprometidas”, expresa a Con Bienestar Sebastián Amurin D´Amico.

Pasó por tratamientos de quimioterapia, ciclos de radioterapia y diversas cirugías. En 2016, el tumor volvió a aparecer. En agosto de 2017, fue derivado al Hospital Pirovano para que se le practicara la primera operación. Tres meses de postoperatorio y recuperación en su casa. Ocho meses después, el cáncer se manifestó de nuevo.

Sobre el sarcoma embrionario de mejilla
Esta enfermedad, también conocida como “rabdomiosarcoma embrionario”, se caracteriza por desarrollarse en la zona de la cabeza, cuello, genitales o vías urinarias. Es un tipo de tumor de rápido crecimiento que puede tratarse con quimioterapia, cirugía y radiación.

“En noviembre de 2018, estuve con radioterapia, pero lo abandoné por su alta toxicidad. Mi cuerpo no pudo responder, sentía mucho dolor, estaba descompensado y me suministraban morfina cada cuatro horas”, cuenta.

Continuó con quimioterapia, pero sufrió una disfunción plaquetaria y su sangre no coagulaba correctamente. Los médicos suspendieron el tratamiento y lo colocaron en aislamiento. Dijeron que le quedaban dos meses de vida: "Volví a mi casa con ataques de pánico”, relata.

En la actualidad, se atiende en el Hospital Oncológico de José C. Paz. Le proveen del fármaco Pazopanib 800 ml para tratar la enfermedad. Esta medicación es catalogada de tercera línea ya que el cáncer responde lentamente.

Hoy, Sebastián hace reposo en su casa, tiene constantes altibajos emocionales y espera encontrar a un cirujano que se anime a realizarle la operación que podría mejorar y extender su calidad de vida: “Creo no merecer morir tan temprano, quiero vivir en paz”.

Fuente: tn

 

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