Las bolsas ecológicas que reutilizás pueden contener bacterias

Son una excelente alternativa para evitar que se profundice la contaminación por plástico. Sin embargo, hay ciertos recaudos que tomar antes de volver a usarlas.

NOTICIAS DE INTERÉS Julia VOSCO
bolsas

Son prácticas, resultan económicas y protegen un poquito más al medio ambiente pero, ¿alguna vez te detuviste a pensar que esos plásticos pueden contener gérmenes?

Si bien es una medida para reducir los residuos contaminantes, si no la usamos correctamente podría estar en juego nuestra salud.

Por ejemplo: si previamente contuvieron carne (blanca o roja), es probable que tengan bacterias en su interior por el contacto directo. Este tipo de desconocimiento podría derivar en un problema fatal ya que los alimentos crudos muchas veces producen o transmiten enfermedades bacterianas e infecciosas.

“La carne roja o blanca es un medio de cultivo excepcional para el desarrollo de la mayoría de los microorganismos. En su superficie, suelen encontrarse varios tipos de escherichia coli (produce Síndrome Urémico Hemolítico, patología grave sobre todo en los chicos), salmonella (afecta el aparato intestinal), serratia (provoca infecciones urinarias), klebsiella pneumoniae (neumonía, septicemia e incluso infecciones del tracto urinario), streptococcus (desde cuadros leves de faringitis o amigdalitis hasta más graves y severas como la meningitis), bacillus cereus (responsable de causar infecciones en la piel), entre otras”, explica a Con Bienestar Ricardo Teijeiro (M.N. 58065), médico especialista en enfermedades infecciosas e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología.

El doctor señala que, en el caso de la mayoría de estas bacterias, se multiplican rápidamente cuando están en contacto con temperaturas entre los 4.4 y 60°C. Además, agrega: “Las carnes en mal estado también permiten el desarrollo de bacterias anaerobias y pueden generar infecciones severas si ingresan en el cuerpo humano”.

Cómo evitar la contaminación
1. Lavar las bolsas luego de cada uso, de esta forma se reducirá notablemente el riesgo de que las bacterias proliferen. Lo ideal es hacerlo con agua caliente y luego dejarlas secar por completo antes de guardarlas o reutilizarlas, para tratar de garantizar la limpieza absoluta de ese contenedor.

2. Señalizar las bolsas para evitar la contaminación cruzada (el pasaje de microorganismos de una comida a otra). Si anteriormente guardó carne, se recomienda usarla nuevamente para almacenar el mismo alimento y no, por ejemplo, verduras, pan o comidas que no necesariamente pasan por una cocción previa para ser consumidas.

3. Guardarlas en un lugar libre de humedad y alejadas de fuentes de calor. Este tipo de ambientes son los más óptimos para que las bacterias se reproduzcan.

4. La composición y consistencia del alimento sí es importante. Si se trata de comidas con alto contenido de grasa o aceite, por ejemplo, las bolsas no se deben volver a usar.

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