Comió pochoclos y por una infección lo tuvieron que operar del corazón

Entre sus dientes quedaron restos del alimento. Lo intentó sacar, se le ensuciaron las encías y contrajo endocarditis.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Julia VOSCO
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Lo que parecía ser una noche normal en el cine, con su esposa y un rico balde de pochoclos, terminó, tiempo después, en una visita de urgencia al hospital. Un bombero de 41 años tuvo que ser operado a corazón abierto luego de sufrir una infección sanguínea potencialmente mortal que se originó a partir de esta "inocente" salida.

Adam Martin, padre de tres hijos y residente de Cornwall, en Inglaterra, sentía molestias en la boca luego de aquella visita al cine en septiembre. Se le habían quedado, entre los dientes, molestos restos de pochoclos. En vez de visitar a un dentista, no tuvo mejor idea que utilizar todo lo que estaba a su alcance para extraerlos.

Durante tres días intentó, sin éxito, con una tapa de lapicera, escarbadientes, alambre e, incluso, un clavo de metal. La comida siguió alojada ahí, pero con un agregado: había dañado toda la encía que lo rodeaba.

Una semana después, Martin comenzó a sufrir sudores nocturnos, fatiga y dolores de cabeza, todos síntomas que él asoció, inicialmente, con una gripe normal. Luego se enteró que eran signos de endocarditis. Una infección que ocurre cuando las bacterias de la boca, la piel, los intestinos y otras áreas del cuerpo ingresan al torrente sanguíneo y se adhieren a zonas dañadas del corazón.

La endocarditis es una infección, justamente, en el endocardio, que es el recubrimiento interno de las válvulas y las cavidades cardíacas. Si no se trata rápidamente puede dañar o destruir las válvulas del corazón y provocar complicaciones que pueden poner en riesgo la vida.

"Puede traer varias complicaciones, entre ellas, insuficiencia cardíaca, embolia séptica, complicaciones neurológicas (meningitis, accidente isquémico transitorio (AIT), ACV, encefalopatía), aneurisma infecciosos en la válvula afectada e insuficiencia renal", explica a Con Bienestar la médica especialista en medicina interna Nadia Elizabeth Rodríguez (M.N. 128745), del Hospital Central de San Isidro.

El diagnóstico se basa en el "interrogatorio dirigido, examen físico, laboratorio, ecocardiograma transtoracico, ecocardiograma transesofagico, hemocultivos y si hay complicaciones neurológicas tomografía más punción lumbar". En cuanto al tratamiento: "Antibióticos y el procedimiento necesario de las complicaciones que haya ocasionado el germen", indica Rodriguez.

El tiempo pasaba y los síntomas del bombero no disminuían. En octubre fue a ver a su médico, quien le diagnosticó un soplo cardíaco leve y lo envió nuevamente a su casa. Pero al seguir sintiéndose mal, optó por ir al Hospital Royal Cornwall.

“Tenía la sensación de que algo estaba muy mal. Estaba durmiendo mucho y me sentía terrible. Tenía dolores y molestias en las piernas. Cuando ingresé en el hospital el mismo día para las pruebas estaba muy preocupado ", recuerda Martin a la agencia SWNS.

El dolor muscular en su pierna se debía a un coágulo infectado que bloqueaba su arteria femoral, lo que requirió una operación de cinco horas para despejar la zona. Pero su calvario no terminaría ahí, otros resultados indicaron que su corazón estaba gravemente dañado debido a esta infección. Esta vez la cirugía era más compleja.

Fue trasladado al Hospital Derriford en Plymouth el 21 de octubre para una operación a corazón abierto que duró más de siete horas en donde reemplazaron su válvula aórtica y repararon su válvula mitral.

“Mi corazón ya no funcionaba correctamente, estaba destrozado. La infección se había comido las válvulas", describe Martin, quien se recuperó rápidamente y pudo volver a casa con su esposa Helen y sus tres hijos. A partir de esto, algo es seguro en él: “No volveré a acercarme a los pochoclos. Es una locura pensar que todo esto sucedió por eso".

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