Consejos para disminuir el riesgo de padecer cáncer

Llevar a cabo una dieta saludable nos favorece en muchos aspectos y minimizar el riesgo de contraer cáncer es uno de ellos. Qué alimentos consumir y cuáles evitar.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Julia VOSCO
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Los alimentos influyen de manera directa con las probabilidades de desarrollar diferentes enfermedades, y el cáncer es un ejemplo perfecto de esto. Del mismo modo pero a la inversa hay alimentos que tienen una función “protectora” contra este tipo de enfermedades, como las frutas, las verduras, los aceites con omega 3 y 9, entre otros. Te acercamos todo lo que tenés que saber para que puedas repensar tu dieta.

Consumir pocas grasas
En un año más de 124.000 personas desarrollaron la enfermedad por tener kilos de más, según se informó en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología. “La obesidad genera desórdenes metabólicos y las hormonas pueden desarrollar varios tipos de cáncer, como el de estómago, esófago y mama”, afirma el Dr. José Lastiri, oncólogo del Hospital Italiano. Una de las causas del sobrepeso es el consumo excesivo de grasas. Por eso, una alimentación saludable es clave.

Reducir el consumo de azúcar
El azúcar refinada provoca obesidad e indirectamente está relacionada con el riesgo de cáncer. “Además, funcionan como el ‘combustible’ en el proceso de crecimiento de las células tumorales”, sintetiza el ginecólogo y patólogo Horacio Limongelli, coordinador del Programa Educacional sobre el Cáncer.

Por tanto, se recomienda evitar el consumo de azúcares refinados y reemplazarlos por azúcares naturales como stevia, mascabo o los que contienen las frutas. A su vez evitar el consumo de bebidas gaseosas y postres o dulces en exceso.

Reducir el consumo de carnes rojas
Las carnes rojas no significan un riesgo en sí mismas pero sí lo son cuando se consumen cortes muy grasosos y demasiado cocida. Lo recomendable es comer carnes de cortes magros y eliminar toda la grasa visible por menor que sea.

Reemplazar las carnes rojas por pescado es la mejor opción ya que es rico en ácidos grasos omega 3 y 9. Lo ideal es comer 3 veces por semana pescado y 2 veces pollo y 1 sola vez carnes rojas.

Prestar atención al médoto de cocción
La carne muy cocida con fuego directo,  como por ejemplo en un asador, genera una sobrecocción de la carne roja formando una costra dorada que es nociva para la salud. Esto es así debido a que se modifican las moléculas de la carne generando hidrocarburos aromáticos que son cancerogénicos. El Dr. Lastiri aclara que “esto no significa que esté prohibido comerse un asadito pero hay que hacerlo con moderación y sin cocinar demasiado las carnes”.

Limitar el consumo de fiambres y ahumados
Los alimentos procesados como fiambres y encurtidos tienen agregados para su conservación. Estos aditivos son nitritos y nitratos que no solo son muy nocivos, sino que también generan aumento de peso. Por otro lado, los ahumados son riesgosos por su método de cocción. La recomendación es limitar su consumo a ocasiones especiales.

Aumentar las frutas y verduras
Consumir en abundancia verduras y frutas es la mejor forma de reducir el riesgo de padecer cáncer, según lo afirman los especialistas.

Los investigadores afirman que “en el cuerpo tenemos millones de moléculas de oxígeno a las que se vuelven inestables y peligrosas llamados radicales libres, los cuales atacan sus cromosomas y cuando sucede esto, las células pueden empezar a multiplicarse en forma descontrolada y es así como se inicia el cáncer”.

Por tanto, las plantas tienen la capacidad de producir compuestos moleculares que funcionan en el organismo como protectoras y antioxidantes. De los antioxidantes más conocidos están el beta-caroteno que contiene la zanahoria y el licopeno que se encuentra en el tomate.

Además, las plantas contienen fitoquímicos, que son sustancias protectoras que se encuentran en las crucíferas como el brócoli y el coliflor y en las cebollas y ajo. Todos los especialistas coinciden en que hay que incorporar todos estos alimentos a la dieta, hasta cinco porciones por día de frutas y verduras y en lo posible de variados colores para cubrir todos los nutrientes y vitaminas.

Incorporar fibras
Consumir fibras regularmente disminuye el riesgo de cáncer colorrectal porque agiliza la función intestinal, permitiendo que los desechos estén menos tiempo en el organismo ya que, en general, tienen sustancias cancerígenas.

Así mismo, los especialistas afirman que los alimentos ricos en fibra reducen los niveles de estrógeno y de testosterona, brindando protección contra los cánceres de mama y colon. La fibra la podemos encontrar en todas las frutas así como en las cáscaras que son comestibles y en las verduras. Los cereales integrales y las legumbres también contienen altos niveles de fibra.

Incorporar lácteos
Los nutrientes como el calcio y la vitamina D que tienen los lácteos son muy efectivos contra el cáncer colorrectal y por eso no hay que suspenderlos. Lo que si se recomienda para que sean más saludables, es que las versiones que se consuman sean descremados para evitar agregar grasas a la dieta.

Limitar el consumo de alcohol
Según la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), el consumo excesivo de alcohol eleva el riesgo de distintos tipos de cáncer como de boca, de laringe, de esófago, pecho, mama, colón e hígado.

Los científicos aún no saben exactamente por qué sucede esto, pero creen que se debe a la exposición a químicos que se producen cuando el alcohol se metaboliza en el cuerpo. La recomendación que dan los médicos es beber 1 vaso de una bebida alcohólica por día para las mujeres y 2 para los hombres.

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