Sensibilidad al gluten no celíaca: ¿es lo mismo que intolerancia al gluten?

No se sabe con exactitud si es el gluten la sustancia que produce esta reacción o si se trata de otros componentes del trigo.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ana COHEN
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Sensibilidad al trigo o intolerancia al gluten
Hay personas que al ingerir trigo o derivados de este cereal sufren los mismos síntomas que un individuo al que se le ha diagnosticado la enfermedad celíaca. Sin embargo, tras realizarse las pruebas para confirmar la sospecha clínica, la conclusión es que no se sufre tal problema.  

Lo cierto es que no se sabe si el gluten es lo que provoca los síntomas y, por lo tanto, la enfermedad. Por otra parte, se cree que los componentes del trigo o de los cereales en general son los responsables de esta sensibilidad.

Por tanto, para poder decir que una persona tiene sensibilidad al trigo, antes tenemos que descartar el hecho de que no sea una persona celíaca ni alérgica a su proteína, el gluten. Los síntomas no tienen por qué ser iguales a los de la celíaquía, pero sí es cierto que pueden ser parecidos, ya que hay personas que sufren igualmente el dolor abdominal, hinchazón y diarrea cuando ingiere trigo en su alimentación, aunque no sean celíacos. 

Cómo hacer el diagnóstico 
El primer paso es descartar una posible celiaquía. Para ello se harán las pruebas correspondientes, empezando con una serología (para analizar los anticuerpos relacionados con esta enfermedad como son: anticuerpos antigliadina, anti- transglutaminasa, antipéptidos diseminados de gliadino y, antiendomisio). Tras esta prueba, que se realiza con un simple análisis de sangre, se hará otra genética y, si ambas son positivas, se realizará una biopsia intestinal para observar la atrofia de las vellosidades del intestino.

Descartar una posible alergia al trigo. Se puede determinar gracias a la inmunoglobulina E específica, observando si esta está elevada en sangre tras la ingesta del cereal y también realizando unas pruebas cutáneas.

Dieta sin gluten. Tras realizar las pruebas, se somete al paciente a una dieta sin gluten durante cuatro o seis meses  y se estudia si hay mejoría. Tras este periodo, se volverá a introducir el gluten poco a poco para determinar si aparecen de nuevo los síntomas. Si es así, y las pruebas diagnósticas de celiaquía han resultado negativas, podemos determinar que el paciente tiene sensibilidad al gluten no celíaco.

En algunos casos, el paciente puede sugestionarse al volver a introducir el gluten en su alimentación, llegando a provocarse los síntomas sin causa ninguna. Lo ideal es que, si se hace a nivel hospitalario, el paciente no llegue a saber si está ingiriendo gluten o no, para que de esta manera la valoración sea real. Y si se hace en el propio domicilio, un familiar puede cocinar sin revelárselo. 

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